(HOMENAJE A LA ESCUELA DE MINA DIÓGENES)
bien por los colaboradores de ayer contando alguna cosa de la escuela-.
(continuación 1)
Después de rezo mañanero del maestro o maestra, no se sienta ni Dios hasta que él lo diga... ¡sentarse! y todos al mismo movimiento bien acomodados en sus pupitres de madera. ¡ah!, y pendientes de que no faltara el bote donde se podría echar la tinta. - suena un poco cuando te mueves, dice tu compañero de fatigas.
Le echamos un vistazo a la clase y vemos mapas de
... (ver texto completo)
Amigo Apolonio, tan verdad como la vida misma.
Yo tengo prácticamente los mismos recuerdos, aunque tengo uno un poco especial.
Después del desayuno (ligero, claro), y una vez realizado el aseo general, nuestra madre nos sentaba en un banquillo (no del
juzgado), y nos hacia una revisión del cuero cabelludo por si había algún "habitante", con cierta frecuencia se pruducía una plaga de esos indeseables "habitantes", por falta de higiene de algún compañero.
Os contaré alguna más.
B+a.