No me digais que no estan guapisimas mis anfitrionas. La
noche siguiente a la cena, como la Vinagrilla nos abandonó, estuvimos con Mari Calero y Antonio tomando unos pinchos en unas casetas y lo rematamos con una chocolatada en su
casa que estuvo "pa´chuparse los dedos".
Han sido unas vacaciones muy buenas, lo hemos pasado de maravilla, he conocido el
Pais Vasco, que es una pasada de bonito y su gente maravillosa, super-atentos con nosotros, son amables y muy serviciales, me he quedado enamorada
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