Con este monstruo de las dos ruedas, que es además un estupendo compañero de ruta, pasé ayer un día genial, recorriendo el
camino entre
Solana del Pino y Ventilla, y regreso. Nos hizo un tiempo estupendo y disfruté un montón, aunque al final se me hizo un poco largo el camino de vuelta, pero allí estaba siempre el
amigo Rafuki, dándome ánimos. Me acordé de Pepi Vozmediano, que, como buena conocedora del terreno me advirtió de un par de cuestas de las gordas, pero lo importante es mantenerse activo,
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