Nunca se olvidan los buenos años y recuerdos vividos en Mina Diógenes. Yo nací allí (en la casa donde vivió Quico el alcalde) y viví allí muchos años (hasta los 25) y no olvidaré nunca esa tierra, esos patios, ese olor, ese color de sus árboles y a sus gentes.
Alegría verte de nuevo por aquí Apo. Como ves, seguimos en la brecha un puñado de soldados de a pie que no nos rendimos. A ver si poco a poco se une al pequeño ejército algún número más y volvemos a situaciones no muy lejanas. Un abrazo