Buenos días General y Capitán de las encinas. Más pronto que tarde. Mi CAPITANILLO, Perico el MAGNÁNIMO, estaba consolando al GENERAL. Los adversarios podéis decir lo que os plazca; la VERDAD siempre brillará. Menos mal que estaban los brazos del General para evitar la caida.
Abrazos. Un mal paso cualquiera lo da en la vida. Este día el CAPITÁN, dio un tropezón.