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Estos eran y son mis Reyes Mágicos (y de mis hermanos). Recuerdo que lo que más ilusión despertaba en nosotros era oír las campanilas de los camellos (porque los camellos de nuestros reyes llevaban campanillas) cuando se alejaban de nuestra casa. Dormíamos, con los nervios a flor de piel, después de las muchas historias que nos contaban nuestros padres sobre los reyes magos y nos despertábamos, estoy completamente segura, con el tintineo de las campanilllas alejándose de nuestra casa.
Ese era el anuncio de que ya habían dejado nuestros regalos. No obstante, era necesario esperar, intranquilos y excitados, el amanecer. La impaciencia era tan tremenda que terminábamos despertando a nuestros padres. ¡Cuánta ilusión en sus rostros contemplándonos!
Entre los regalos que nos dejaban, recuerdo, con especial cariño, un badil, unas tenazas, una estufa (todo en miniatura, hecho - lo entendí mucho más tarde - por mi padre). También una pilita preciosa, verdadera obra de arte, de madera.
Mis mágicos Reyes, estoy segurísima, que tienen un lugar privilegiado en el más maravilloso, asombroso, fantástico y prodigioso reino que podamos concebir.
A tod@s un fuerte abrazo. Jovita
Ese era el anuncio de que ya habían dejado nuestros regalos. No obstante, era necesario esperar, intranquilos y excitados, el amanecer. La impaciencia era tan tremenda que terminábamos despertando a nuestros padres. ¡Cuánta ilusión en sus rostros contemplándonos!
Entre los regalos que nos dejaban, recuerdo, con especial cariño, un badil, unas tenazas, una estufa (todo en miniatura, hecho - lo entendí mucho más tarde - por mi padre). También una pilita preciosa, verdadera obra de arte, de madera.
Mis mágicos Reyes, estoy segurísima, que tienen un lugar privilegiado en el más maravilloso, asombroso, fantástico y prodigioso reino que podamos concebir.
A tod@s un fuerte abrazo. Jovita