Queridisima Mayte Goméz Castellanos:
Tú sabes que, desde mi humilde sensibilidad personal, seria incapaz de descabalgarte de mi Rocinante, ante aquella petición que me hicistes de montar conmigo a la grupa, sabes que me postré a tus pies y cedí muy honrroso, de dar un paseo con una encantadora dama como tu de amazona, tampoco entiendo tus celos ni los motivos que te doy para ello, pues como tú bien dices, siempre estabas detras de mí por si alguna "flor-intrusa" se arrimaba y, ocupaba tu lugar, yo tampoco lo hubiera consentido. Tambien es cierto que desde mi posición de ginete y, siendo siempre algo elogiado como caballero, debo de mostrarme como tal, ante alguna melodica voz femenina de las muchas que como tú habia en Diógenes, para tambien poder darle un paseito en nuestro Rocinante.
Andrea, Pepi Jovita, en la encina de los peñoncillos hacemos el relevo, mientras Farnés nos espera tomando unas Mirindas con los boquerones, de su tia Tere en el chiringuito de la encina caida.
Tú sabes que, desde mi humilde sensibilidad personal, seria incapaz de descabalgarte de mi Rocinante, ante aquella petición que me hicistes de montar conmigo a la grupa, sabes que me postré a tus pies y cedí muy honrroso, de dar un paseo con una encantadora dama como tu de amazona, tampoco entiendo tus celos ni los motivos que te doy para ello, pues como tú bien dices, siempre estabas detras de mí por si alguna "flor-intrusa" se arrimaba y, ocupaba tu lugar, yo tampoco lo hubiera consentido. Tambien es cierto que desde mi posición de ginete y, siendo siempre algo elogiado como caballero, debo de mostrarme como tal, ante alguna melodica voz femenina de las muchas que como tú habia en Diógenes, para tambien poder darle un paseito en nuestro Rocinante.
Andrea, Pepi Jovita, en la encina de los peñoncillos hacemos el relevo, mientras Farnés nos espera tomando unas Mirindas con los boquerones, de su tia Tere en el chiringuito de la encina caida.