¡Eh, eh, eh!, para el
carro majete, el que no se tiene que hacer ilusiones eres tú. Ni más adelante, ni más después, ni más atrás, tú sabes muy bien que no me quiero entrometer entre tu cuchi cuchi y tú, y el amor que te profesa. Así es que majete, de ilusiones también se vive, pero en este caso, nada de nada, lo sepas leches.