No sé cómo empezar; acabo de hacer un recorrido sentimental por las fotos del foro (esa hermosa ventana abierta al tiempo) y he acabado con un pellizco en el corazón, absolutamente emocionado, después de reconocer mi pasado y mi infancia en tantas tiernas imágenes que remiten a esa edad de la inocencia perdida que, en el fondo, todos y todas compartimos.
He visto tantos pedazos de mi niñez, tantas fotos congeladas, tantos rostros humildes de mi mundo minero, de mi universo rural fabuloso, que ahora no sé qué decir ni qué expresar. Las palabras son árboles que crecen cuando quieren y sus raíces buscan la profundo, las zonas en sombra, apenas iluminadas del corazón, que un destello de luz celeste enciende de pronto y hace reverberar milagrosamente en un instante. Esta mañana me siento conmovido después de recorrer minuciosamente un frondoso bosque de imágenes y de fotos, buscando un sendero entre la espesura para llegar como un niño al paraíso perdido, y reencontrado, de Minas Diógenes. Han sido muchísimas las emociones que he sentido durante el trayecto, al sentir las palabras y las imágenes atravesándome como haces de estrellas y cometas de oro y agua; pero sobre todo, me han sobrecogido dos detalles: el primero ha sido el de las estampas que representan la escuela caída, con las paredes derruidas, mordidas por el viento, y un pupitre herido flotando entre los escombros. El segundo detalle que ha vuelto a conmoverme ha sido la foto de Mama Trini, la abuela de Rafa, y las palabras de éste (un bellísimo poema en prosa) dedicada a aquella mujer bella por dentro y por fuera, ejemplo de abuela dulce, tierna, fuerte y luchadora.! Ojalá escribiera yo tan bien como Rafa para poder expresar con un breve puñado de palabras luminosas lo que significa para un nieto el amor de su abuela! Nada más, ni tampoco menos. Sólo quería decir esto; bueno, también preguntarle a Rafa, hijo de Rafalillo y Aurora, si ha publicado algún libro o lo tiene inédito, porque, sinceramente, ya quisieran muchos escritores consagrados de este país escribir con tanta emoción, tanto sentimiento y tanta ternura como él lo hace. Me encantaría conocer a Rafa en persona para hablar con él de muchos temas relacionados con el paso del tiempo y el mapa de la memoria escrito en la sangre. Bueno, no quiero enrollarme más. Espero verme con vosotros y vosotras, amigos y amigas de Minas Diógenes mañana por la tarde en la Casa de la Cultura de Puertollano. Es un lujo sentirse un hijo más de ese pueblo mágico y arraigado en la memoria, Minas Diógenes, al que cada día me siento más atado sentimentalmente. Recibid un sincero y hondo abrazo de vuestro amigo y paisano, Alejandro López Andrada.
He visto tantos pedazos de mi niñez, tantas fotos congeladas, tantos rostros humildes de mi mundo minero, de mi universo rural fabuloso, que ahora no sé qué decir ni qué expresar. Las palabras son árboles que crecen cuando quieren y sus raíces buscan la profundo, las zonas en sombra, apenas iluminadas del corazón, que un destello de luz celeste enciende de pronto y hace reverberar milagrosamente en un instante. Esta mañana me siento conmovido después de recorrer minuciosamente un frondoso bosque de imágenes y de fotos, buscando un sendero entre la espesura para llegar como un niño al paraíso perdido, y reencontrado, de Minas Diógenes. Han sido muchísimas las emociones que he sentido durante el trayecto, al sentir las palabras y las imágenes atravesándome como haces de estrellas y cometas de oro y agua; pero sobre todo, me han sobrecogido dos detalles: el primero ha sido el de las estampas que representan la escuela caída, con las paredes derruidas, mordidas por el viento, y un pupitre herido flotando entre los escombros. El segundo detalle que ha vuelto a conmoverme ha sido la foto de Mama Trini, la abuela de Rafa, y las palabras de éste (un bellísimo poema en prosa) dedicada a aquella mujer bella por dentro y por fuera, ejemplo de abuela dulce, tierna, fuerte y luchadora.! Ojalá escribiera yo tan bien como Rafa para poder expresar con un breve puñado de palabras luminosas lo que significa para un nieto el amor de su abuela! Nada más, ni tampoco menos. Sólo quería decir esto; bueno, también preguntarle a Rafa, hijo de Rafalillo y Aurora, si ha publicado algún libro o lo tiene inédito, porque, sinceramente, ya quisieran muchos escritores consagrados de este país escribir con tanta emoción, tanto sentimiento y tanta ternura como él lo hace. Me encantaría conocer a Rafa en persona para hablar con él de muchos temas relacionados con el paso del tiempo y el mapa de la memoria escrito en la sangre. Bueno, no quiero enrollarme más. Espero verme con vosotros y vosotras, amigos y amigas de Minas Diógenes mañana por la tarde en la Casa de la Cultura de Puertollano. Es un lujo sentirse un hijo más de ese pueblo mágico y arraigado en la memoria, Minas Diógenes, al que cada día me siento más atado sentimentalmente. Recibid un sincero y hondo abrazo de vuestro amigo y paisano, Alejandro López Andrada.