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MINA DIOGENES: Querido Rafa: cuando os conocí en Solana, a Alicia,...

Querido Rafa: cuando os conocí en Solana, a Alicia, a tus niños y a ti, me sentí invadida por le ternura y el afecto que se reflejan en vuestros rostros. Rostros que, para mí, desprendían bondad, dulzura y sensibilidad. No siempre acertamos en nuestras percepciones más, en vuestro caso, creo que hice pleno o me quedé corta. Queda bien patente en tus mensajes.
El recuerdo hacia tus años en la escuela (antes era escuela, actualmente parece dotarse de más importancia si utilizamos la palabra colegio) y hacia tu maestro es alentador y reconfortante para todos aquellos que hemos dedicado nuestra vida a la noble tarea de educar o que continúan haciéndolo.
En mis años de maestra he procurado llevar a la práctica estos principios:
“No es maestro el que se cansa de explicar a los menos capacitados,
Ni el que hace la pelota a los ricos, ni el que cobra, además de su sueldo, un poco del sudor de los demás.
No es maestro el que no ama al pueblo, ni el que contabiliza los minutos que enseña, ni el que no sabe lo que debe decir al esclavo para que se libere.
No es maestro el que convierte a sus alumnos en seres que se mueven a impulsos del dinero y de las cosas y se quedan parados cuando las personas sufren.
No es maestro, el maestro que no aprende cuando enseña, ni el que cree que todo está escrito y que lo sabe todo” (Pedro Crucera)
Un abrazo. Jovita