Rafi, mi querida nietuca (como diría nuestra Vinagrilla), ni a silbar me da tiempo.
Y mucho menos con la cantidad de sábanas y toallas que es necesario secar y la única forma de hacerlo es soplando, porque la
lluvia no cesa.
Hoy os doy los buenos días. No sé si os podré dar las buenas
noches. Depende de como se desarrollen los planes previstos.