MINA DIOGENES: Rafa, hijo de Rafalillo y Aurora, leo tu relato absolutamente...

Rafa, hijo de Rafalillo y Aurora, leo tu relato absolutamente conmovido y emocionado, atrapado por una sensación de hechizo espiritual y poético. No sé cómo puedes escribir con tanta ternura y tanta delicadeza de las cosas del pasado, de las personas y lugares que, como bien dices, viven sumergidas en ese pueblo interior que todos llevamos dentro. La descripción de tus tíos, los detalles suavísimos del amor que entre ambos vibraba son de una belleza sublime, por su sencillez y su encanto. Tienes una gran facilidad para expresar literariamente tus sentimientos, pues lo haces, como ya he dicho, con muchísima delicadeza. La verdad es que me siento muy feliz cada vez que leo algo tuyo y, nada más leerte, mueves los ramajes de mi corazón como un viento de invierno suave y melancólico, como aquel airecillo lejano de mi infancia que movía las ramas altas y silenciosas de los eucaliptos que había en la carretera de mi pueblo natal, a sólo unos metros de la casa de mis abuelos Alejandro y Matilde. Me agrada muchísimo saber que, lo mismo que yo, te gusta adentrarte por las calles silenciosas de tu pueblo interior, ese pueblo luminoso donde siguen viviendo los seres queridos que perdimos y, como bien dices, nos esperan en la otra orilla, donde no existirá el dolor, ni tampoco el olvido. Recibe un sincero abrazo de tu amigo y admirador, Alejandro López Andrada.