Buenas noches a todos los digener@s del mundo.
Primero, agradecer a todos los que se asoman a este foro, su interes y buenos deseos a mi fiesta de la matanza de mi pueblo, y más siendo un "diogenero acogido".
Segundo, contaros alguna anecdota que recuerdo de niño y que seguro que a alguno de vosotros también os va ha venir a la memoria. Los fines de semana que lóginamente no teníamos "escuela", recorriamos el pueblo en busca de alguna matanza, siempre y despues de "chamuscar" al marrano, el matarife nos obsequiaba con algún trocito del susodicho (no abundaban mucho los alimentos). Despues de achicharrar al pobre animal (pobre, pero que rico está), le abrian la panza y sacaban todo aquello, y recuerdo que la vejiga nos la entregaban, la limpiabamos un poco y con una paja (de trigo, claro, mal pensados, entonces no las había de plástico), la inflábamos y la poniamos a secar. Al día siguiente nos servia de improvisado balón, (no teniamos otro).
Espero haber retrocedido en el tiempo de alguno de vosotros y recordar esos tiempos en los que no habia tanta maquinita electrónica y nos teníamos que estrujar el cerebro para divertirnos un poco.
A mi esposa Oristelita le cuesta ponerse delante del "chino" así que seré yo el que represente a esta DIOGENERA perezosa.
Besos y abrazos para todos.
Luis Miguel.
Primero, agradecer a todos los que se asoman a este foro, su interes y buenos deseos a mi fiesta de la matanza de mi pueblo, y más siendo un "diogenero acogido".
Segundo, contaros alguna anecdota que recuerdo de niño y que seguro que a alguno de vosotros también os va ha venir a la memoria. Los fines de semana que lóginamente no teníamos "escuela", recorriamos el pueblo en busca de alguna matanza, siempre y despues de "chamuscar" al marrano, el matarife nos obsequiaba con algún trocito del susodicho (no abundaban mucho los alimentos). Despues de achicharrar al pobre animal (pobre, pero que rico está), le abrian la panza y sacaban todo aquello, y recuerdo que la vejiga nos la entregaban, la limpiabamos un poco y con una paja (de trigo, claro, mal pensados, entonces no las había de plástico), la inflábamos y la poniamos a secar. Al día siguiente nos servia de improvisado balón, (no teniamos otro).
Espero haber retrocedido en el tiempo de alguno de vosotros y recordar esos tiempos en los que no habia tanta maquinita electrónica y nos teníamos que estrujar el cerebro para divertirnos un poco.
A mi esposa Oristelita le cuesta ponerse delante del "chino" así que seré yo el que represente a esta DIOGENERA perezosa.
Besos y abrazos para todos.
Luis Miguel.