De nuevo estoy con vosotros, amigos/as de Mina Diógenes, después de algunos días sin escribir. De todas maneras, entro a menudo al foro y muchas veces siento ganas de participar, pero me gusta cada día más leer a los demás que escribir mis cosas. Además, viendo las magníficas descripciones melancólicas que hace nuestro amigo Rafa, hijo de Rafalillo y Aurora, sólo me queda decir que tenemos a un excelente escritor de emociones y sensaciones transparentes, un verdadero poeta de la memoria de un modo de vida que ya desapareció pero que él mejor que nadie sabe resucitar y recuperar de las sombras con su portentosa capacidad de expresar los sentimientos y conmovernos con sus palabras. Nuevamente me he emocionado, amigo Rafa, cuando haces referencia a tus salidas al campo con el grupo de amigos en busca de nidos y pájarillos. La verdad es que describes las mismas sensaciones y los mismos acontecimientos de mi infancia, pues yo también iba a nidos y a cazar pajarillos, o a correr perdigones, con mis amigos de entonces. Siempre me ha gustado más la Naturaleza y el campo que escribir, porque de niño fui un mal estudiante y siempre estaba pensando en salir de la escuela para irme a correr por esos campos de Dios, por las minas del Soldado y de las Morras, muy próximas a mi pueblo, Villanueva del Duque. Tus experiencias, amigo Rafa, son muy parecidas a las mías, por eso conecto tan fácilmente con todo lo que dices y, también por eso, me siento tan feliz cuando te leo. Nuevamente te doy las gracias por saber expresar tan bien los olores, los colores y los sonidos de aquel mundo perdido, el de nuestra infancia, que los seres melancólicos y románticos aún llevamos guardado muy dentro.
Por otro lado, no quiero despedirme del foro sin preguntar por el padre de mi buen amigo Rafuki. Espero que se recupere pronto y le deseo todo lo mejor a él y a su familia. Amigo Rafuki, ya te llamaré para que me cuentes cómo va todo. Recibe, mientras tanto, y recibid todos los amigos y amigas de Diógenes, un sincero abrazo de vuestro buen amigo, Alejandro López Andrada.
Por otro lado, no quiero despedirme del foro sin preguntar por el padre de mi buen amigo Rafuki. Espero que se recupere pronto y le deseo todo lo mejor a él y a su familia. Amigo Rafuki, ya te llamaré para que me cuentes cómo va todo. Recibe, mientras tanto, y recibid todos los amigos y amigas de Diógenes, un sincero abrazo de vuestro buen amigo, Alejandro López Andrada.
