Os acordáis de este lugar. ¿a qué tiene magia y misterio?... yo creo que cada uno de nosotros podemos escribir varias historias de este lugar. Aunque no se escriban hoy se pueden soñar y recordar. Fue uno de los lugares más entrañables del pueblo. Aquí se quedaba, se reunían, las fiestas, los bailes, y los partidillos dentro de la pista hasta que nos echaba el conserje.
Esta historiesta real como la vida misma se la dedico a nuestro amigo Pepe Lillo, que si nos lee se acordará como que es la pura verdad:
Eran las 10 de la noche de un verano de los años 60 y estabamos sentados en esos polletes del casino un montón de chavales (de varias edades) oyendo las historias de la mili que nos contaba Guada, Emilio el de la Trini, o Goyo el hermano de Santos. De pronto se le ocurre a Pepe Lillo decir (5 duros de aquella época, quien vaya a la fuente agria y traiga una botella llena de agua en media hora). Yo (unos 13 años) era uno de los oyentes... ni un duro en mi bolsillo, se aproximaba el fin de semana y temeroso un poco por la apuesta, me decidí y dije ¡yo voy por el agua!... todavía me palpita el corazón de la empresa en la que me metí.
Cojo mi botella del casino por cierto, y con la velocidad de Gento por la banda del Madrid, así subí la calle Escuelas, Jardines, y me metí en la boca del lobo (todo encinas subiendo el pozo nº 4), todo sombras, todo movimientos, pero yo... más corría. Los perros de la maja que había por el cuatro (me olieron, pero no me vieron... pasmaos se quedaron). Al pasar por el sillón del moro, miré de reojo ¡pa sentarme estaba yo!. El agua caía dentro de la botella con una calma que me parecían horas... por fín y a la vuelta, ya no era Gento, sino era Johnson el campeón del mundo de los 100 metros lisos. Los perro de Obduluo dando por c... y yo ni caso, paso por la Goyeriza, el Cuatro, subo por la Mina, Iglesia, calle Escuelas y sudando, respirando que me ahogaba llegué a ese muro de la foto, donde me esperaban los amigos y por cierto Pepe Lillo (el liante) que tuvo que endiñarme los 5 duros o los grandes le daban candela. Recuerdos las palabras de Emilio (Pepe... a soltar la guita).
¡ah! por cierto el agua se la machacaron los mayores y a los más pequeños les toco llevar la botella otra vez al conserje del casino. Con los 5 duros invité (en la tiendecilla de la Venera... la madre de Patro) a Regino, Fernando, Pepito, y algunos más de la pandilla por los ánimos que me dieron.
Me he acordado hoy y os lo cuento. Un abrazo Pepe Lillo y cuando te vea lo recordaremos en directo. Un beso a tu madre de parte de la mía.
Esta historiesta real como la vida misma se la dedico a nuestro amigo Pepe Lillo, que si nos lee se acordará como que es la pura verdad:
Eran las 10 de la noche de un verano de los años 60 y estabamos sentados en esos polletes del casino un montón de chavales (de varias edades) oyendo las historias de la mili que nos contaba Guada, Emilio el de la Trini, o Goyo el hermano de Santos. De pronto se le ocurre a Pepe Lillo decir (5 duros de aquella época, quien vaya a la fuente agria y traiga una botella llena de agua en media hora). Yo (unos 13 años) era uno de los oyentes... ni un duro en mi bolsillo, se aproximaba el fin de semana y temeroso un poco por la apuesta, me decidí y dije ¡yo voy por el agua!... todavía me palpita el corazón de la empresa en la que me metí.
Cojo mi botella del casino por cierto, y con la velocidad de Gento por la banda del Madrid, así subí la calle Escuelas, Jardines, y me metí en la boca del lobo (todo encinas subiendo el pozo nº 4), todo sombras, todo movimientos, pero yo... más corría. Los perros de la maja que había por el cuatro (me olieron, pero no me vieron... pasmaos se quedaron). Al pasar por el sillón del moro, miré de reojo ¡pa sentarme estaba yo!. El agua caía dentro de la botella con una calma que me parecían horas... por fín y a la vuelta, ya no era Gento, sino era Johnson el campeón del mundo de los 100 metros lisos. Los perro de Obduluo dando por c... y yo ni caso, paso por la Goyeriza, el Cuatro, subo por la Mina, Iglesia, calle Escuelas y sudando, respirando que me ahogaba llegué a ese muro de la foto, donde me esperaban los amigos y por cierto Pepe Lillo (el liante) que tuvo que endiñarme los 5 duros o los grandes le daban candela. Recuerdos las palabras de Emilio (Pepe... a soltar la guita).
¡ah! por cierto el agua se la machacaron los mayores y a los más pequeños les toco llevar la botella otra vez al conserje del casino. Con los 5 duros invité (en la tiendecilla de la Venera... la madre de Patro) a Regino, Fernando, Pepito, y algunos más de la pandilla por los ánimos que me dieron.
Me he acordado hoy y os lo cuento. Un abrazo Pepe Lillo y cuando te vea lo recordaremos en directo. Un beso a tu madre de parte de la mía.