
Qué tengáis dulces sueños y un feliz descanso. Yo voy a buscar mis lunares.
Rumorosas pestañas
de los cañaverales.
Cayendo sobre el sueño
del hombre hasta dejarle
el pecho apaciguado
y la cabeza suave.
Ahogad la voz del arma,
que no despierte y salte
con el cuchillo de odio
que entre sus dientes late.
Así, dormido, el hombre
toda la tierra vale.
Con este poema de Miguel Hernández, cierro el ordenador. Buenas nochs.
Rumorosas pestañas
de los cañaverales.
Cayendo sobre el sueño
del hombre hasta dejarle
el pecho apaciguado
y la cabeza suave.
Ahogad la voz del arma,
que no despierte y salte
con el cuchillo de odio
que entre sus dientes late.
Así, dormido, el hombre
toda la tierra vale.
Con este poema de Miguel Hernández, cierro el ordenador. Buenas nochs.