Amigo Benito, me has emocionado profundamente con tu hermoso relato, donde evocas magníficamente el ambiente de la romería cuando tú eras un pequeñín y veías la fiesta al lado de tu abuela.! Qué bien expresas los sentimientos puros e inocentes de la infancia! Ese detalle de quedarte contemplando la imagen de la Virgen por ver si se movía es verdaderamente maravilloso y a mí, sinceramente, me ha conmovido el alma, porque has hecho que me traslade en el tiempo y vuele hacia aquellos años donde todo era mágico en torno nuestro. La niñez nos asemeja a todos y, al evocarla, produce alegría, dejándonos una especie de pluma invisible y suave que cosquillea en nuestros párpados. En fin, Benito, me siento muy feliz de leer cosas tuyas en el foro, pues tu escrito da un aire a la página entre melancólico, mágico y festivo; por algo eres un mago, el mago de Tiñosas, y todo lo que tocas sabes hacerlo con una maravillosa ternura, con sencillez y muchísimo respeto. Es como si tus palabras escritas alzaran el vuelo y se desplazaran por nuestra imaginación despertando aromas, colores y sonidos de un tiempo perdido en que, de un modo u otro, seguimos todos existiendo, pues ¿quién no recuerda su infancia perdida? Gracias, amigo Benito, por repartir alegría y buenas vibraciones. Ah, también me ha alegrado leer de nuevo las palabras de Conce, y ahora ya estoy deseando volver a leer los hermosos escritos de mi buena amiga Loli Gómez. La animo a que escriba esos detalles tan bonitos y tiernos que ella sabe expresar con tanto acierto. A todos los colaboradores (Pepi, Graci, Rafi, Antonio, Anselmo, Manolo, Feli, Marce, Jovita, etc...) le envío un fuerte abrazo. Y un sincero abrazo para ti, amigo Benito, de tu amigo, Alejandro López Andrada.