Pues sí, Jovita. Esa misma. Ahí estoy yo con una buena mata de pelo negro, ¡nada que ver con la de ahora!. ¡Qué tiempos! Un abrazo
Externamente todos hemos cambiado bastante. Pero las raíces permanecen inalterables y bien nutridas con la savia que nos alimentó en aquella época de luces y sombras.
Un abrazo
Un abrazo