Qué envidia me das. Los churrillos de por aquí no tienen que ver nada con las llamadas porras de allí. Es una de las cosas que más he echado en falta en todo este tiempo en lo gastronómico. Parece una tontería, pero cuando paso de
Madrid hacia abajo mis desayunos son siempre con porras. Me pongo morao. Un beso Jovita