Continuación del otro día:
El tablao de los músicos en la pista del casino ya estaba terminado, y por supuesto los chavalejos pequeños, disfrutaban pataleando y jugando encima de él...-Niños, que os váis a matar. (eso les decían los mayores que salían del casino). Algún que otro porrazo nos hemos pegado desde el tablao hacia la calle de abajo, la del campo fútbol. Las calles limpias y blancas …como relucientes. La ropa lista para la feria. Los zapatos ya eran usados, pero valían.
Los conserjes del casino, tenían todo preparado para los grandes días (Pichucho, Emilio Vizuete, Mere, los del Hoyo, Torralbo, Domenech, y algunos más)... se desvivían por que todo saliera lo mejor posible. Neveras llenas de botellines y las garrafas de vino fresquitas … ¡ah! Las caseras también, lo mismo que las coca-colas y fantas de naranja…en botella de cristal ¡claro!.
El chilanque que montaban Jacobo, Rafalillo, Torralbo, Felipe y su hermano Antonio, daban un aire festivo a la calle, donde la gente se tomarían unas cervecillas águilas de Roge o calatravas de Cañas. El chilanque era algo especial, era lugar lleno de magia entre el camarero de turno y los clientes diogeneros. Rafalillo de vez en cuando, se cantaba algún fandanguillo, para animar la fiesta, y si no, su hermano Emilio, que lo hacía bastante bien. Así pasaban los días de feria y el cuerpo aguantando lo que le echaran... ganaban unos durillos que venían bien para la casa.
Rafael Cañas, Antonio Vizuete, Santiago y su hermano Manolo (hijos de Quico el alcalde), poniendo las luces en la calle principal. Las bombillas daban el resplandor necesario para sentir que eran días especiales para los mineros... era la luz, de sentirse libres del peligro de la "mina!. Los palos adornados con las madroñeras traídas del Rabanero (en el camión de la mina y Urbano, o Céspedes sus conductores). Los niños corriendo detrás del camión para ver como bajaban las madroñeras… ¡a por ellos! …era un momento de alucine.
¡que ya llegan! Ese, era el grito de aviso de que los jugadores del equipo contrario estaban subiendo la cuesta del peñoncillo. A las 6 de la tarde con todo el calor… Diógenes-Cabezarrubias... cada uno en su época puede recordar su alineación y los golazos de Franco, Adolfo, Pablito, Barrera, Uge, Guada, Gabi, Santos, Félix, Luis Tirado, o el que suscribe (Apo)... por no nombrar a todas las generaciones. Los porteros con sus rodilleras listas para dejarse la piel en la tierra dura del campo de fútbol. Porteros como (Pedro Ruiz, Ángel Ramos, Paco Cañas, Chaguino, Paco Carreras, Tomás Domenech o el veterano Antonio, cuñado de Santos Gil. Árbitros famosos fueron (Juán Cañas al que no le rechistaba nadie, Barrera, Rafalillo) …siempre algún veterano.
Al terminar los partidos, ha celebrarlo al casino, llenando la copa ganada y dando cuenta de unas pocas cajas de cervezas fresquitas. La vitrina del casino era el lugar de acogimiento de esas copas.
La procesión con la Virgen pasaba por la puerta del casino, acompañada de muchos paisanos, que en silencio, llenaban de emoción la fiesta... así lo sentíamos. Las mujeres pedían a la Virgen de las Minas por la salud de los mineros y alguna lagrimilla caía en el recorrido. Los monaguillos atentos a las ordenes del cura (D. José, D. Luis, D. Enrique, y algunos más)…los monaguillos podrían ser Vicente, Juanini, Pedro Luna, Celestino etc.
La música empieza y el Trio Luengo (el Tornero, Gregorín y Jose Mari) dan la bienvenida a todo el pueblo con " y viva España". Los chavales y chavalas jóvenes preparándose para el baile. Las parejas de novios pasean por el recinto ferial, cogidos de la mano, camino de la pista del casino... era una gran noche para ellos. Es la hora de los pasodobles, cumbias, cha cha chas, boleros, alguna rumba y pocas sevillanas. ¡ah! lo moderno de la época, también se bailaba (“los pajaritos” era lo que más gustaba a la gente, lo mismo que la “chica ye-ye”, o la de “ María Isabel”).
Después llegan los concursos de baile (la estatua, el globo, la escoba u otros)…en la escoba siempre había trampa. Se donaban regalos ofrecidos por droguería Roge o por la comisión de Fiestas. Casi finalizando la noche, terminábamos todos enganchados con la famosa conga para no dejar mal a Jalisco... a la conga de Jalisco, va y viene.... por la calle Mayor hacia abajo.
Importante: nunca se dice, pero eran muy importantes los/as mirones que sentados en el muro del casino veían a los demás bailar “ el vals de las mariposas”. Se tiraban toda la noche mirando... y mirando...…
Termina la fiesta, se apagan las luces y todos a dormir, pues al día siguiente de la Virgen, otra vez a verle la cara dura y cruel al pozo nº1 o al nº 3, para ganar el pan de la semana (ya quedan 364 días decía Loren).
Perdonar lo extenso, pero más grande es el cariño que pongo en recordarlo.
Un abrazo a todos y nos vemos en horassssssss.
El tablao de los músicos en la pista del casino ya estaba terminado, y por supuesto los chavalejos pequeños, disfrutaban pataleando y jugando encima de él...-Niños, que os váis a matar. (eso les decían los mayores que salían del casino). Algún que otro porrazo nos hemos pegado desde el tablao hacia la calle de abajo, la del campo fútbol. Las calles limpias y blancas …como relucientes. La ropa lista para la feria. Los zapatos ya eran usados, pero valían.
Los conserjes del casino, tenían todo preparado para los grandes días (Pichucho, Emilio Vizuete, Mere, los del Hoyo, Torralbo, Domenech, y algunos más)... se desvivían por que todo saliera lo mejor posible. Neveras llenas de botellines y las garrafas de vino fresquitas … ¡ah! Las caseras también, lo mismo que las coca-colas y fantas de naranja…en botella de cristal ¡claro!.
El chilanque que montaban Jacobo, Rafalillo, Torralbo, Felipe y su hermano Antonio, daban un aire festivo a la calle, donde la gente se tomarían unas cervecillas águilas de Roge o calatravas de Cañas. El chilanque era algo especial, era lugar lleno de magia entre el camarero de turno y los clientes diogeneros. Rafalillo de vez en cuando, se cantaba algún fandanguillo, para animar la fiesta, y si no, su hermano Emilio, que lo hacía bastante bien. Así pasaban los días de feria y el cuerpo aguantando lo que le echaran... ganaban unos durillos que venían bien para la casa.
Rafael Cañas, Antonio Vizuete, Santiago y su hermano Manolo (hijos de Quico el alcalde), poniendo las luces en la calle principal. Las bombillas daban el resplandor necesario para sentir que eran días especiales para los mineros... era la luz, de sentirse libres del peligro de la "mina!. Los palos adornados con las madroñeras traídas del Rabanero (en el camión de la mina y Urbano, o Céspedes sus conductores). Los niños corriendo detrás del camión para ver como bajaban las madroñeras… ¡a por ellos! …era un momento de alucine.
¡que ya llegan! Ese, era el grito de aviso de que los jugadores del equipo contrario estaban subiendo la cuesta del peñoncillo. A las 6 de la tarde con todo el calor… Diógenes-Cabezarrubias... cada uno en su época puede recordar su alineación y los golazos de Franco, Adolfo, Pablito, Barrera, Uge, Guada, Gabi, Santos, Félix, Luis Tirado, o el que suscribe (Apo)... por no nombrar a todas las generaciones. Los porteros con sus rodilleras listas para dejarse la piel en la tierra dura del campo de fútbol. Porteros como (Pedro Ruiz, Ángel Ramos, Paco Cañas, Chaguino, Paco Carreras, Tomás Domenech o el veterano Antonio, cuñado de Santos Gil. Árbitros famosos fueron (Juán Cañas al que no le rechistaba nadie, Barrera, Rafalillo) …siempre algún veterano.
Al terminar los partidos, ha celebrarlo al casino, llenando la copa ganada y dando cuenta de unas pocas cajas de cervezas fresquitas. La vitrina del casino era el lugar de acogimiento de esas copas.
La procesión con la Virgen pasaba por la puerta del casino, acompañada de muchos paisanos, que en silencio, llenaban de emoción la fiesta... así lo sentíamos. Las mujeres pedían a la Virgen de las Minas por la salud de los mineros y alguna lagrimilla caía en el recorrido. Los monaguillos atentos a las ordenes del cura (D. José, D. Luis, D. Enrique, y algunos más)…los monaguillos podrían ser Vicente, Juanini, Pedro Luna, Celestino etc.
La música empieza y el Trio Luengo (el Tornero, Gregorín y Jose Mari) dan la bienvenida a todo el pueblo con " y viva España". Los chavales y chavalas jóvenes preparándose para el baile. Las parejas de novios pasean por el recinto ferial, cogidos de la mano, camino de la pista del casino... era una gran noche para ellos. Es la hora de los pasodobles, cumbias, cha cha chas, boleros, alguna rumba y pocas sevillanas. ¡ah! lo moderno de la época, también se bailaba (“los pajaritos” era lo que más gustaba a la gente, lo mismo que la “chica ye-ye”, o la de “ María Isabel”).
Después llegan los concursos de baile (la estatua, el globo, la escoba u otros)…en la escoba siempre había trampa. Se donaban regalos ofrecidos por droguería Roge o por la comisión de Fiestas. Casi finalizando la noche, terminábamos todos enganchados con la famosa conga para no dejar mal a Jalisco... a la conga de Jalisco, va y viene.... por la calle Mayor hacia abajo.
Importante: nunca se dice, pero eran muy importantes los/as mirones que sentados en el muro del casino veían a los demás bailar “ el vals de las mariposas”. Se tiraban toda la noche mirando... y mirando...…
Termina la fiesta, se apagan las luces y todos a dormir, pues al día siguiente de la Virgen, otra vez a verle la cara dura y cruel al pozo nº1 o al nº 3, para ganar el pan de la semana (ya quedan 364 días decía Loren).
Perdonar lo extenso, pero más grande es el cariño que pongo en recordarlo.
Un abrazo a todos y nos vemos en horassssssss.
Eres una memoria andante, has hecho que me acuerde de casi todo hasta yo.
Un abrazo máquina
Un abrazo máquina
Hola Víctor.
Tienes razón, fíjate si cuenta bien las cosas Apolonio, que me acuerdo hasta yo (que no estaba).
Abrazos.
Tienes razón, fíjate si cuenta bien las cosas Apolonio, que me acuerdo hasta yo (que no estaba).
Abrazos.
Marce! que buén coleguita de Diógenes eres..... las raices cuando te las arrancan de un tiron..... te dejan mál... perdid@..... Yo con la solidaridad tuya me conformo... la del marido de la Oristelita también me vale.....
Os quiero.
¡Diogenes revive!
Os quiero.
¡Diogenes revive!