Buenos días, acabo de entrar al foro y me sorprede la calidad poética de las composiciones de Manolo Castaño y Anselmo. Enhorabuena, poetas. También me ha gustado el poemilla luminoso que ha enviado la Mari, hija de Doña María. En fin, me alegra ver la página tan poética y emocionante; pero para emocionante de verdad el recuerdo de mi buen amigo Rafuki evocando sus cacerías infantiles de lagartos. Yo también viví experiencias semejantes hace más de cuarenta años, cuando era un chavalín y, junto a los nenes de mi pandilla, salíamos por el camino de la Zarza en busca de saurios y ofidios, cazando, a menudo, una buena ristra de lagartos, lagartijas y culebras. Removíamos todas las piedras de las paredes para encontrar a los hermosos lagartos ocelados (! cuánto me arrepiento hoy de aquellas cacerías!) y, una vez descubierto el lagarto, la emprendíamos a pedradas con él, o a chinatazos con el tirachinas. Hoy, apenas quedan lagartos y a mí me entristece muchísimo no verlos a lo largo de aquel mágico camino que irisaba la luz tenue de mi infancia. Gracias a Dios, los lagartos están protegidos y los que nos sentimos ecologistas, como es mi caso, sufrimos con su pérdida. De todos modos, no fuimos los niños quienes acabamos con los lagartos, sino más bien el uso indiscriminado de insecticidas (polvos para los langostos y saltamontes de la dehesa), y el terrible DDT, que acabó con todos los pájaros insectívoros de aquel tiempo. En fin, hoy entono mi mea culpa por las barbaridades realizadas en mi infancia, hace más de cuatro décadas; pero ya no podemos rebobinar el tiempo y enmendar aquellas travesuras infantiles. Aquella España era muy distinta a la de hoy, con lo cual no quiero justificar aquellas cacerías salvajes. En fin, amigo Rafuki, la verdad es que has removido mis sentimientos más hondos al hablar de los lagartos ocelados, animales bellísimos y elegantes como pocos. Ah, también me ha gustado muchísimo tu foto de pequeño. Ahí, ya prometías y se intuía que ibas a ser un chavalín travieso, ¿quién no lo era entonces?. Gracias, amigo Rafuki, por volver a escribir en este foro, pues ya te echábamos de menos. Recibid tú, tu mujer y tus hijas, además de todos los foreros y foreras, un entrañable abrazo de vuestro amigo, Alejandro.