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MINA DIOGENES: Esperando a la minera:...

Esperando a la minera:
A veces, veíamos pasar la minera que venía de Solana del Pino, Mestanza, Hinojosas y Puertollano, el conductor podría ser Roge, Gallina, Peluca, Esteban, Cespedes,... o alguno más, y como siempre llena de trabajadores, que en silencio veían el bullir del pueblo y ese paisaje blanco de las casas bien blanqueadas por las madres. La mente lejana y concentrada en la jaula que les bajaría a las entrañas de la tierra. Ellos sabían que no pasaba nada, pues eran valientes y aunque tuvieran algo de preocupación... era para ellos nada más. Nunca oíamos decir de los peligros que había. El macuto con la comida era su acompañante todos los días... y deseando que llegase el sábado para cobrar la paga semanal... esa paga, bien administrada por las madres y que hacían parecer más grande, de los cálculos y cuentas que echaban.
Eran verdaderos héroes, que arañaban el plomo en las profundidades de esa tierra llena de encinas. A veces por las noches (y en la cama callado) se oían los bombazos de los barrenos... buscando el mineral. El que escribe, en alguna ocasión pensó... ¿cómo será por dentro y cuántos peligros tiene que haber?
Recuerdo, a un hermano de mi madre que venía de Hinojosas y trabajaba allí en el pozo, que nos contaba las penúrias que pasaban y los bien que se llevaban todos los mineros entre ellos. Hasta tenían tiempo de bromas (a 500 metros de profundidad).
Ha terminado la jornada y de vuelta vuelven a pasar por la puerta de Gregorio... ya era otro cantar y otra cara. Sabían que esa batalla la habían ganado... por ese día.
Nosotros, para los chavales, jóvenes y mayores, que los veíamos pasar muchas veces, ya eran de los nuestros, como si todos tuvieran algo familiar con nosotros... eramos cómplices de su esfuerzo, de su sacrificio y de su entrega diaria. Al día siguiente, otra vez la misma danza... y nosotros contentos de poderlos ver pasar por la puerta de Gregorio.
¡ah! los chavales en la campo de fútbol, respirabamos tránquilos, cuando el conductor frenaba para salvar el balón que se metía debajo de sus ruedas... ¡por poco! decía alguno.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Apolonio, tú como siempre con tus magníficas descripciones, manteniendo vivo el recuerdo para que no olvidemos nuestros orígenes.
"En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso". (Platón)
Hola a todos.

Amigo Apolonio, esto que tu relatas de nuestra Mina Diógenes, es mejor que cualquier poema de todos los talentos de la literatura mundial. BEZOZ
Apolonio, esa minera la veía yo pasar y las mayorías de las veces tenía que apartarme, porque estab jugando en la misma carretera, casi a la salida hacia Puertollano.
Abrazos, maestro (en todos los sentidos).
APO, Buenos Dias Diogenerín, como siempre GENIAL, es tiernísimo recordar y gracias a los que nos poneis de vez en cuando estos relatos los demas tenemos la fortuna de vivirlos yo también me acuerdo de la Minera, la verdad es que, ¡que valientes eran! Un BESUCO
Apolonio, bonito relato de nuestros mineros y minera, ¡tantas veces la hemos visto pasar por nuestras calles con los hombres dentro mirando por las ventanillas! recuerdo la cola en las ventana de la oficina para cobrar su paga semanal que con tanto esfuerzo y peligro habian ganado, sus comidas eran con sus compañeros donde sacaban su merendera con lo que sus mujeres le habian preparado para el día de trabajo y como dices, entre risas y bromas trabajaban y comian, eran unos valientes.
Como te he ... (ver texto completo)