Víctor no me quedó más remedio que darle besitos a los dos porque no paraban decirme, "a él lo quieres más que a mí"; ¡no veas lo que hacen los celos, me costó bastante apaciguarlos!.
Ya veo que tú también quieres que te dé algún besito, no te preocupes que en la
romería te daré unos cuantos, aprovecha que ahora estoy muy cariñoso.