Buen provecho, Jose. Mira las horas que son y acabo de cenar hace un instante. El teléfono no cesó de sonar y el estómago cantaba una sonata reclamando su ración. Espero que no se haya puesto afónico como os ocurre a mi hermana y a ti.
Ya veo que tienes anginas: cosa de niños. Cuídate. Un beso