Como te aprovechas de que no estoy cerca para estorijarte las orejas.
Déjala, que luego dice que le dan sofocos.
¿Has visto, Nietuca? Y yo, tan tonta, dándole cariño. La verdad es que, si me descuido, me desune las cervicales. ¡Claro! De ahí los vértigos! Y los sofocos...