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MINA DIOGENES: ¡Anda qué no penaba yo el día que tenía que ir a examinarme...

Quiero desearte Rafuqui que eres uno de los pioneros de nuestro foro muchas felicidades en compañia de toda tu familia. Tere

Aunque voy con retraso, porque en Mestanza no hay aparatejos de estos, me uno a las felicitaciones a Rafuki.
¡A ver si en la Romería nos conocemos de una vez!
Un saludo.

Hola a todos.

Marce gracias por tu felicitación y dá por hecho que nos conoceremos, secuestra a tu cuñado Antonio si es menester para que esté ese día con nosotros. BEZOZ

Lo del secuestro de mi cuñado va a ser difícil, no es facil pillarlo desprevenido. Así que esperemos que venga por propia voluntad.

Hola a todos.

Marce, creo que si le dices a tu cuñao que en Toriles le esperan Loren, Rafuki y Maza con su mini, seguro que no faltará a la cita. BEZOZ

Hola a todos.

Ya está aquí el tio del tacatá.

Loli Rodriguez, felicidades y que te hagas mu vieja mu vieja mu vieja guapiZima. BEZOZ

Hola de nuevo a todos.

Hoy nuevamente toca RECORDAR PARA DISFRUTAR.

Os acordais cuando había que viajar a Puertollano y nuestras madres nos mandaban a las oficinas de la mina para sacar aquellas famosas autorizaciones para así correr con los gastos de los viajes la empresa, creo que si os acordais, en mas de una ocasión me quede embobao mirando a Miguel el telefonista ó a Esteban, como sacaban y metian aquellas clavijas para dar paso a una linea u otra del telefono, siempre tenían la ventana de la centralita abierta, luego llegaba Francisco Ransay en la mayoría de los casos y era él quien apuntaba en una cartilla las idas y las venidas si se regrasaba en el día.

Mientras esperábamos a Ransay jugueteabamos por el patio de oficinas y veíamos trabajar entre otros a Mariano, Serafin, Bravo, Melgarejo, ect...

¡Mama ya biene la Rivilla! le decia yo a mi madre cuando la veía asomar por los rehoyos, luego al pasar por el arroyo del plomo salíamos para la parada que estaba en la puerta da José Vinagre mas ó menos.

Y del cobrador ó los cobradores os acordais?, mas de uno terminó siendo chofer de Rivilla. BEZOZ

¡Anda qué no penaba yo el día que tenía que ir a examinarme a Puertollano!
Nada más acercarme a la Rivilla vomitaba por el olor de la gasolina; y con las curvas del pantano y de Mestanza... hasta los higadillos; luego, al llegar a Puertollano, el olor a carbón y además a examinarse todo el día. ¡No sé como tenía tanto aguante un cuerpo tan chico!