Frío. Oscuridad de mina de plomo. Ni el menor asomo de luz. Ni de sol, ni de carburo. Contengo la respiración, los latidos, y tan sólo escucho el silencio, como un grito.
Hoy Mina Diógenes está herido. Una lanza dañina ha dado en el corazón de nuestro pueblo. Como a Jesús, le han clavado en los dos costados, y han dejado a los habitantes del pueblo, llenos de dolor y pena... ¡si! ¡Dolor y pena!... pues se nos han ido dos paisanos jóvenes, que tenían una vida larga por vivir. Dos buenos paisanos. Dos paisanos y amigos con raices diogeneras. A ellos los querían todos, por buenas personas... ¡si!, así eran.
El aroma a jara, a encina, a pino y a hierba fresca, se ha parado en un momento. El Rabanero como observador de nuestras vidas, tiene hoy mal color. Esa roca dura del monte, que los ha visto nacer y crecer, hoy... los ve también despedirse tristemente. Si el Rabanero pudiera, seguro que unas lágrimas echaría por ellos... ¡las veces que estos dos paisanos lo habrán mirado de cerca y de lejos ¡.
Cerrando los ojos por un instante, puedo ver a uno de los dos, bajando con su bicicleta por toda la calle de las escuelas.
O también, con los ojos abiertos, atento a la forma de tocar la batería de su padre el Francés.- ¡qué bien toca mi padre diría él!.
El otro, paseando y jugando por Tiñosas, veía a su padre Obdulio, como atendía amablemente a los visitantes y como cuidaba del mantenimiento del vergel que allí ha existido siempre... ¡oh, bello paisaje de Tiñosas!... cuanto te tenemos que agradecer todos los de Mina Diógenes.
En los balcones del cielo, seguro que se verán con los últimos paisanos que se ha ido desde el Diógenes Revive y entre todos, bajo la batuta de la voz de Hita, abrazados como buenos paisanos, cantarán con devoción la Salve a la Virgen de las Minas. Desde allí, cuidarán de nosotros y principalmente de los más pequeñajos.
Descansen en paz, nuestros queridos paisanos Florianín y Benito.
Hoy Mina Diógenes está herido. Una lanza dañina ha dado en el corazón de nuestro pueblo. Como a Jesús, le han clavado en los dos costados, y han dejado a los habitantes del pueblo, llenos de dolor y pena... ¡si! ¡Dolor y pena!... pues se nos han ido dos paisanos jóvenes, que tenían una vida larga por vivir. Dos buenos paisanos. Dos paisanos y amigos con raices diogeneras. A ellos los querían todos, por buenas personas... ¡si!, así eran.
El aroma a jara, a encina, a pino y a hierba fresca, se ha parado en un momento. El Rabanero como observador de nuestras vidas, tiene hoy mal color. Esa roca dura del monte, que los ha visto nacer y crecer, hoy... los ve también despedirse tristemente. Si el Rabanero pudiera, seguro que unas lágrimas echaría por ellos... ¡las veces que estos dos paisanos lo habrán mirado de cerca y de lejos ¡.
Cerrando los ojos por un instante, puedo ver a uno de los dos, bajando con su bicicleta por toda la calle de las escuelas.
O también, con los ojos abiertos, atento a la forma de tocar la batería de su padre el Francés.- ¡qué bien toca mi padre diría él!.
El otro, paseando y jugando por Tiñosas, veía a su padre Obdulio, como atendía amablemente a los visitantes y como cuidaba del mantenimiento del vergel que allí ha existido siempre... ¡oh, bello paisaje de Tiñosas!... cuanto te tenemos que agradecer todos los de Mina Diógenes.
En los balcones del cielo, seguro que se verán con los últimos paisanos que se ha ido desde el Diógenes Revive y entre todos, bajo la batuta de la voz de Hita, abrazados como buenos paisanos, cantarán con devoción la Salve a la Virgen de las Minas. Desde allí, cuidarán de nosotros y principalmente de los más pequeñajos.
Descansen en paz, nuestros queridos paisanos Florianín y Benito.
APO, todos tus escritos me ponen los pelos como escarpias.
A través de ellos siempre se manifesta la GRAN persona que eres y lo sentimientos que guardas en tu interior.
Un beso muy fuerte.
A través de ellos siempre se manifesta la GRAN persona que eres y lo sentimientos que guardas en tu interior.
Un beso muy fuerte.