MINA DIOGENES: Germán, una historia simpática para el recuerdo, en...

Hola rafy, esta chimenea ¿es tu chimenea? ¿es de verdad o de adorno? Pues que sepas que sea de lo que sea me gusta taco, taco, taco.

Y referente a que tengo que madrugar mucho para ser el primero, ya lo tengo claro, pero lo mismo hago como un día hece cuando era un zagal de 10 años que aydaba a unos pastores con el cuido de las ovejas echándoles paja en unos barreños antes de que fuera de día para despues salir al campo jajajaj hay que ver lo que me paso; pobre Germancito como tu muy cariñosamente me llamas, lo que me pasó. Ya te lo contaré otro día, pues ahora debo dejar el ordenador.
Besos

Germán, ya nos contarás lo que te pasó, desde luego que pobre Germancito, siendo tan pequeño que tuviese que levantarse a esas horas.
Un beso.

Hola Pepi: Pues verás lo que pasó. Resulta que mi padre y yo estábamos ajustados de porqueros en una finca en el término municipal de Alcornocal, mi pueblo. Vivíamos toda mi familia, 4 en total, en una casa de campo. Los cerdos que cuidábamos se habían dividido en “varas” para la montanera y mientras que pasados un par de mes y se nos proveía de otra piara de cerdos, lechones, a mi padre lo ocupaban de guarda bellotas y a mí me ocupaban de zagal con los pastores para ayudarles en la pariera y cuidado de los enormes atajos de ovejas y corderos. Total que, por las mañanas, antes de la amanecida ya se empezaba a echarle paja a las oveja en unos artilugios preparados a tal fin. Como digo, antes de amanecer mi padre me llamaba, me levantaba y me iba yo solo por esos campos de dios hasta llegar a la majada donde me esperaban los mayorales que ya estaban dispuestos para empezar el trabajo. Siempre me regañaban porque decían que llegaba tarde. Un día se lo conté a mi padre y éste no tuvo otra forma mejor de solucionar el problema que levantarme a las 4 de la madrugada para que así llegara a la majada a gusto de los pastores. Total que cagadito de miedo me envalentoné y quise hacer un acto heroico y sin decirles nada a los pastores que por cierto todavía dormían, me puse de rodillas en el almiar para llenar el saco de paja, llenar los barreños y cuando los mayorales se levantaran darle una sorpresa al comprobar que buena parte del trabajo ya estaba hecho. Pero………… Ay dios mío cuando miro hacia un lado y veo una figura muy grande, con muy malas trazas que dirigiéndose a mí y hablándome en no sé qué idioma parecía que me iba devorar. Tire el saco y no sabía para donde correr y por fin acerté a meterme en el chozo del mayoral que todavía acostado se sobresaltó al verme en tal estado. Cuando por fin pude contarle lo que había visto, el hombre se echo a reír y me decía: pero Germancillo qué no pasa nada, que se tratará de Francisco, su hijo, que está cagando ahí fuera y supongo que al verte, ha querido darte un susto. Y así fue, pero el susto que yo me lleve no se lo deseo a nadie.

Qué os ha parecido la experiencia. Eso otras muchas cosas me pasaban a mí de pequeño en el puto campo. Bueno, el campo no tenía la culpa, sino, las circunstancias. Otro día os cuento otras cositas que me pasaron por esos entonces. Un abrazo para ti y para cuantos lean mi historia.

Germán, una historia simpática para el recuerdo, en el momento que la viviste no era simpática, me imagino un niño tan pequeño por esos campos solo en medio de la noche, que pena haber tenido que llevar esa vida en una época que todo tendría que haber sido juegos y colegios.
Como dices el campo no tenia la culpa, si la tenia la miseria en que Franco sumió a España, aunque un padre se matase a trabajar en esa época no ganaba suficiente para mantener a su familia.
Tu historia me ha recordado a mi padre, al principio de Diógenes no había viviendas, los hombres iban andando desde Tiñosas, Solana del Pino etc. a trabajar, nosotros vivíamos en Solana del Pino a 12 kilómetros de Diógenes, los hombres quedaban a las afueras de Solana, se iban y volvían todos juntos, mi padre era mecánico y le salían horas extraordinarias que las aprovechaba para que viviésemos mejor, tenia que volver solo por una sierra llena de lobos, "mi padre le tenia pánico a los lobos", cuantísimas veces habrá hecho ese camino solíto, decía que cuando los lobos lo acechaban él lo sabia porque se le erizaba el vello y se paraba encendía un cigarro y cuando lo terminaba continuaba su camino a casa. Cuanta penuria la de aquellos tiempos, esperemos que no se repita.
Un beso.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
No me lo puedo "de" creer que sea yo el 3º en saludar despues de Manuel, Luismi y rafy jajajajajajaj

Abrazos. Y salgo que me pillan jajajaj