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MINA DIOGENES: Que bonito relato Apolonio! La verdad es que fué muy...

A las 12 se levantaron las andas de la Virgen de las Minas. La emoción en los romeros diogeneros empezaba a notarse en sus caras. Todo eran miradas al fondo... donde se encontraban las casas de nuestro pueblo. El hermano mayor (Roge Serrano) con su estandarte entre las manos, sentía un bullir por dentro de alegría y tristeza unidos. Sí, tristeza y alegría, pues así lo vivimos todos. Alegría por el momento que estabamos viviendo y tristeza por los recuerdos de hace más de 35 años.
Se abre la verja en la misma puerta de la Casa de Gregorio y empezamos a pisar tierra diogenera. Yo observaba que algunos y algunas romeras, suspiraban profundo y como en silencio soltaban alguna lágrima mañanera. Guada se acercó a mi en un momento y me dijo ¡esto es muy fuerte!... me cuesta respirar. Le puse el brazo por encima y apretándole un poco le dije... ¡ánimo paisano, la vida es así de dura, piensa en tus nietos!
Sigo grabando la procesión y en un momento, al volver la cabeza hacia atrás, me encuentro con el panorama que nos esperaba... unas 40 vacas mirando. Parada de la comitiva y gracias a los aficionados taurinos diogeneros, las vacas pasaron sin decir ni pío y sin molestar. El sustillo lo tuvieron algunas chicas ya avanzaditas de edad que se arremolinaron alrededor del árbol que había en la puerta de la casa de las Químicas y el Nano.
Vuelve la normalidad y llegamos a la puerta de la Iglesia. La Virgen puesta en sus andas como presidiendo y saludando a todos los diogeneros, amigos y vecinos de otros pueblos cercanos. Canta el coro de Mestanza y empiza el acto. Preciosas voces y extraordinaria música de guitarras. Luego me entero que una de las chicas (con una linda voz) era familia de Paloduz que vivió en el Alhorín... su padre no pudo venir por estar algo pachucho. Les felicité y le mandé un abrazo para el padre.
Loli Rodríguez leyó un poema mágico y lleno de emoción. Algunas lágrimas se vuelven a ver entre los romeros. Lee Graci del Mellizo y volvemos a sentir en lo más hondo de nosotros el sentimiento minero. La música suena y cantan a la Virgen de las Minas. No se podía aguantar. Yo grababa y tuve que utilizar el pañuelo para limpiar alguna que otra lágrimilla. Me acordaba de mi padre y de los padres y madres que ya murieron y no están con nosotros. Los veía a todos por Diógenes, en sus calles, en sus casas, en el casino, en el economato y los sentía en el aire que respirábamos.
El remate final fue el canto de la Vinagrilla. Voz linda y fina. Genial y dulce. Llena de cariño y sentimiento. Era una canción de un poema de Antonio Morón... detallazo de la Vinagrilla al pedirle permiso para cantarla.
Nos supo a poco, pero fue profundo y lleno de vida. Volvemos a marchar para la salida y la gente portaba las andas con ganas e ilusión. Yo las llevé durante un rato, pero quería sentir el fín en la puerta de Gregorio, y así lo hice. Me adelante y cámara en mano, tome las imágenes más cercanas que pude. Las caras de los diogeneros y amigos expresaban que la Virgen les había emocionado. Promesas pedidas, promesas de salud, promesas de trababjo, de cariño y de recuerdos. Cuantos años. Cuantos recuerdos vivimos. Aquellos tiempos mágicos. Eramos niños, jóvenes y adultos. Ahora tocaba recordar....
La Virgen queda tranquila en sus andas. Ya descansa, pero seguro que cuidará de todos nosotros (diogeneros, amigos, paisanos y vecinos de Hinojosas, Mestanza, Solana, Puertollano y otros lugares cercanos).
Al cerrar la cámara de video, pedi un deseo: VIRGENCITA, que el año que viene nos volvamos a ver con salud todos los de este año y los que han faltado, que puedan venir y disfrutar de esos momentos vividos. También pedí por los hijos y los nietos de diogeneros y finalmente, por que la Virgen tenga a su lado a los que desgraciadamente nos dejaron en algún momento de sus vidas.
¡ah! se me olvidó decir, que agradecí produndamente a los Organizadores el hacer posible nuestra Romería. VIVA LA ROMERÍA Y VIVA LA VIRGEN DE LAS MINAS.
Perdonar, pero así lo viví y así lo sentí.

Que bonito relato Apolonio! La verdad es que fué muy emocionante. Todos teníamos un nudo en la garganta. Para mi Diógenes significa mucho. A pesar de que yo no he vivido allí, me unen muchas cosas: mis abuelos paternos y mi padre y tios se criaron en el Alhorín y por tanto en Diogenes, y mi abuelo materno fue minero hasta un año antes de que cerraran las minas definitivamente. Por eso para mi es muy especial acompañaros. Yo también doy las gracias a la Organización por su buen hacer y su esfuerzo y dedicación y también a todos los diogeneros que habeis puesto vuestro granito de arena para que esto sea posible. Los que ya no están con nosotros estarán orgullosos de lo que allí cada año se vive. Para mí muchos de vosotros ya sois como si os conociera de toda la vida porque de algún modo, vosotros o vuestros padres habeis compartido algún momento de vuestra vida con mi familia. Gracias!