Pepi, te voy a contar lo que un verano les dió por hacer a tu padre y al mío, se dedicaron a cocer garbanzos durante quince días, y todas las tardes bajábamos uno de los tres a echar unos pocos donde terminaba la carretera vieja del Alhorín. Luego teníamos que tener cuidado para poder ir a pescar cuando hubiese luna llena, por que ya lo habíamos acostumbrado a comer de noche, menudas noches pasamos entre pesca y risas, ya que raro era la noche que alguno no se caía.
Guada, jajajajaja, me he reído muchísimo, lo de lo garbanzos me suena mucho, mi padre le decía a mi madre: Muchacha cuéceme un puñado de garbanzos para cuando vuelva de trabajar, que cosas mas inocentes y divertidas hacíais, el problema más gordo era no dormir por coger peces en luna llena pero dicen que palos con gusto saben a gloria y también los batacazaos que os dabais en la noche.
Un beso.
Un beso.