el Peñón del Rabanero. Inmóvil, silencioso y eterno. Desde allí nos observaba y veía la vida diogenera. Era el horizonte de nuestras miradas. A veces soñábamos con subir allí y ver todo desde lo más alto del lugar. Lo que es la vida, ahí quieto y como mudo, no cuenta nada de su historia.
Seguiré...
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