PEPI, mi madre está muy regular con la memoria. Cada vez peor, pero así es la vida y tenemos que estar contentos de tenerla hasta ahora con 85 años, ya que otras madres diogeneras tuvieron la mala suerte y la desgracia de morir más jovenes. ¡una pena con lo que pasaron en aquellas épocas!. La vida es injusta. Un abrazo paisana y recuerdos a Anselmo.