Conchita, esta foto de la jaula me viene muy bien para complacer a mi prima Mari Nieve, que el sábado de la romería por la noche estuvimos hablando y me pidió que escribiera en el foro alguna cosa sobre su padre.
Mi tío se llama Santos Serna, fue minero y pasó treinta años de su vida trabajando en el pozo, bajando y subiendo en la jaula, hasta que pararon la mina.
La pasada Semana Santa compartimos Marce (mi marido) y yo un día en el cortijo con ellos y disfrutó y nos hizo disfrutar contándonos muchas cosas de antes y como no, de su tiempo en la mina también.
Él no vivió en Diógenes, iba desde Mestanza, y cuenta que cuando empezó (calculamos que hacia el año 48) no había "minera" y tenía que ir andando, dos horas de ida, la jornada de trabajo y dos horas de vuelta. Después de contarnos esto se lamentaba y decía: ¡Cuantas calamidades hemos "pasao"!
Tiene sus achaques, propios de su edad y de su trabajo, pero está bastante bien, así que pudo ir a la romería a oir la misa y tomar unas cervecitas. Tuvo la oportunidad de saludar a bastantes familiares y amigos, pero se fue un poco triste porque no vio a ningún compañero de los que trabajaban con él abajo, en el pozo.
Me alegra saber que su marido está mejor. Un beso para los dos.
Y besos para todos, todos, todos.
Mi tío se llama Santos Serna, fue minero y pasó treinta años de su vida trabajando en el pozo, bajando y subiendo en la jaula, hasta que pararon la mina.
La pasada Semana Santa compartimos Marce (mi marido) y yo un día en el cortijo con ellos y disfrutó y nos hizo disfrutar contándonos muchas cosas de antes y como no, de su tiempo en la mina también.
Él no vivió en Diógenes, iba desde Mestanza, y cuenta que cuando empezó (calculamos que hacia el año 48) no había "minera" y tenía que ir andando, dos horas de ida, la jornada de trabajo y dos horas de vuelta. Después de contarnos esto se lamentaba y decía: ¡Cuantas calamidades hemos "pasao"!
Tiene sus achaques, propios de su edad y de su trabajo, pero está bastante bien, así que pudo ir a la romería a oir la misa y tomar unas cervecitas. Tuvo la oportunidad de saludar a bastantes familiares y amigos, pero se fue un poco triste porque no vio a ningún compañero de los que trabajaban con él abajo, en el pozo.
Me alegra saber que su marido está mejor. Un beso para los dos.
Y besos para todos, todos, todos.