llena de gatos que vigilaban la entrada
Apolonio, que pena ver nuestra iglesia así, en ella hubo diogeneros-as que se bautizaron y casaron (entre ellas yo) ahora verla así da mucha pena.
Un beso.
Un beso.
Buenos días Pepi. Es una pena todo. Ni que hubieran pasado los hunos cuando se cerraron las minas. Al menos quedó algún resto, pero parece todo un sin sentido. Tenemos inclinación hacia la destrucción y la ponemos en práctica siempre que podemos. Un beso.