OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

MINA DIOGENES: Como han cambiado los tiempos, seguro que ninguno os...

A mi, me recuerdan estos días las mañanas de frío que pasábamos en los patios de las escuelas, esperando la llegada de las maestras y el maestro. Las manos heladas y las botas de goma por si hacía presencia la lluvia. Los regalos de Reyes ya los habíamos apartado a un lado y nos concentrábamos en las tareas escolares. A mi un año me echaron los reyes 3 figuritas de mazapán, unos pantalones y un compás de dibujo. ¡no le saqué yo partido al famoso compás! ¡ah! por cierto, también un tiralíneas para la tinta china. El maestro nos ponía como deberes, hacer un montón de láminas de dibujo para cuando el volviera de vacaciones. Primero a lápiz y luego a tinta china. Borrones caían seguro y a raspar con cuchilla esa tinta seca que quedaba.
A Junini le echaban los Reyes casi todos los años, un balón (mejor o peor... pero un balón) y lo estrenábamos con buenos partidos en el campo de fútobl.
Las chicas, llevaban a la escuela su ropa nueva de reyes y algunos zapatos como complemento. ¡no era plan de ir con las cocinicas al colegio!. Doña María y la señorita Rosa, eran puntuales y apenas faltaban a la escuela. D. Ascensión también era puntual, pero nosotros rezábamos para que la minera tardara en llegar o tuviera alguna avería y así ese día sin clase... a no ser que se presentará en algún coche privado de incognito.
Bueno, el frío de enero hacía mella en los dedos de los escolares. Gracias a las estufas de leña y carbón que se encendían por la mañana temprano. Era de Mestanza el encargado de encenderlas y todavía recuerdo la sonrisa de ese obrero, cuando nos veía calentarnos cerca de la estufa.
¡Qué llueve! ¡qué llueve!... bien, a pisar charcos toca. Los más brutos, ponían a las chavalas llenas de agua y alguna trifulca se armaba cuando algún hermano, primo o amigo más allegado las defendía.
Así eran las mañanas frías de enero en Mina Diógenes y así eran las escuelas (había más detalles, pero los dejamos para otro día).

Apo, yo recuerdo ir, cuando viviamos en Las Morras, con el braserito. Una lata de las de sardina redonda y con un alambre para que no nos quemáramos.
Un beso

Como han cambiado los tiempos, seguro que ninguno os quemabais con las ascuas.
Un beso.