lUISMI, lo que son las cosas, yo me encantaba trillar de pequeño cuando íbamos de Diogenes a Hinojosas de Calatrava, pues allí, mis tios y familiares tenían campo y animales y por la novedad y el paseo en el trillo, lo disfrutaba como un entretenimiento. También te diré que lo hacía un rato, con buen sombrero, y alguna vez el trillo se salía de la era. Luego a beber agua de la cubilla que tenían.
Decían, que trillar y segar era de lo más duro de los trabajo.
Decían, que trillar y segar era de lo más duro de los trabajo.