Apolonio, Guada, LuisMi, Rafy... Buenos días.
Mañana fresquita, gris y bastante propensa a dejarnos lluvia. De continuar así podríamos tener níscalos para los santos.
Jovita, mi hijo Carlos ya ha cogido unas poquitas setas de cardo pero se necesita que caiga mucha agua.
Un beso
Un beso
Rafi, yo he cogido una cesta de "hongos", de los de toda la vida (Agaricus silvestris). Pero las de cardo no las he visto todavía por mi zona.
Besotes.
Besotes.
Marce, el sábado y domingo próximos probaremos suerte. Los hongos me gustan más que los níscalos. A la plancha están exquisitos. Ya veremos si podemos degustarlos.
Jovi, mi Pili los hace en "miguilla", una salsa con miga de pan que está para chuparse los dedos.
Que haya suerte, que ya me han dicho los corresponsales de la zona que están saliendo.
Besotes.
Que haya suerte, que ya me han dicho los corresponsales de la zona que están saliendo.
Besotes.
buenos dias compañero Marce, quetal andamos poraqui regular, bamos ahir al rasillo de mestanza acoger ongos que secrian muchos, un abrazo chabal floreal
Me dicen los corresponsales de Mestanza que todavía no han salido. Sólo hay pedos de lobo, así que espera un par de días más. Pero id antes de que vaya Guada, que se los lleva todos. jejejee!
Abrazos.
Abrazos.
entonces esperaremos aber si llueve, un abrazo compañero floreal.
Marce, menudas peleas nos echábamos de pequeños con los peos de lobo. Aquello era terrible y gracioso. Detrás del cine, había siempre muchos peos de lobo. Los hongos asados los ponían en el casino y en las tabernas como tapa. Estaban riquísimos.
Apolonio, cuando paso por el entorno de mina Diógenes, rodeado de vallas, añoro una época en la que descubríamos aquellos inmensos rodales de hongos, los "peos de lobo", las cagarrias, los berros recogidos al lado de los arroyos, las fogatas sobre una mullida alfombra verde... Aunque fuera todo oscuro, duro y grisáceo, en mi recuerdo aparecen multitud de brillantes colores.
Jovita, bonito lo que dices y es cierto que multitud de brillantes colores aprecen en los recuerdos, al pasar junto al cercado de nuestro pueblo. El presente no nos debe de quitar el sentir añoranza por la tierra. Yo cuando voy a Hinojosas, siempre me acerco por allí y aunque no entre, solo con respirar y ver, me conformo.