¡Cuánta razón tienes, Marce! Es muy reconfortante contemplar la pasión (siempre moderada) que conlleva el
deporte (excepto cuando median otros inconfesables intereses). En este caso, todos los participantes, viven en el Olimpo de la abundancia. ¿No dicen que lo bueno del deporte es participar? Rafy, nada de sofocos por esos chicos tan ricos, tan halagados y con tan envidiable forma física.