hubo una vez un pueblo minero como tantos otros en españa en aquellos años:
Y he aqui que las buenas gentes del pequeño pueblo salían adelante como podían; trabajaban de sol a sol hombres y mujeres, porque si duro era el trabajo en la mina, duro era el trabajo en la casa.
Hay fotos de aquellos tiempos, aquellos mineros, sus mujeres e hijos sonríen: nadie diría lo dura que fué su vida, porque eran fuertes, valientes y no le tenían miedo a la vida. Pero sufrían, sufrían una vida dura, sufrían un trabajo casi de esclavos: mal remunerado, sin derechos, sin privilegios.
así no solo se pisaba su trabajo, también su orgullo y su dignidad.
Por años la vida de las familias mineras fué así, pero ellos no se rendían nunca, luchababan, trabajaban y sonreían en las fotos, sacando a sus hijos adelante, cambiando la historia de un país humillado.
¿y sabeis qué? lo consiguieron, ¡cambiaron la historia ¡desde hace ya años nuevos vientos recorren el pobre país que gracias a su gente humilde y guerrera es ya un país fuerte ¿y sabeis donde está el final feliz? en la foto de uno de esos guerreros ya mayores, sonriendo como entonces pero mirando con absoluta felicidad el mundo que ha conseguido para las dos pequeñas cuyas raices se hunden también en aquel pueblecito minero.
Hay a quien no le gustan los finales felices, por eso votan no a algo maravilloso, no se les pueden tomar a mal; no lo entienden, pero el final del viejo guerrero sigue siendo el mismo; feliz
besos
besos
Y he aqui que las buenas gentes del pequeño pueblo salían adelante como podían; trabajaban de sol a sol hombres y mujeres, porque si duro era el trabajo en la mina, duro era el trabajo en la casa.
Hay fotos de aquellos tiempos, aquellos mineros, sus mujeres e hijos sonríen: nadie diría lo dura que fué su vida, porque eran fuertes, valientes y no le tenían miedo a la vida. Pero sufrían, sufrían una vida dura, sufrían un trabajo casi de esclavos: mal remunerado, sin derechos, sin privilegios.
así no solo se pisaba su trabajo, también su orgullo y su dignidad.
Por años la vida de las familias mineras fué así, pero ellos no se rendían nunca, luchababan, trabajaban y sonreían en las fotos, sacando a sus hijos adelante, cambiando la historia de un país humillado.
¿y sabeis qué? lo consiguieron, ¡cambiaron la historia ¡desde hace ya años nuevos vientos recorren el pobre país que gracias a su gente humilde y guerrera es ya un país fuerte ¿y sabeis donde está el final feliz? en la foto de uno de esos guerreros ya mayores, sonriendo como entonces pero mirando con absoluta felicidad el mundo que ha conseguido para las dos pequeñas cuyas raices se hunden también en aquel pueblecito minero.
Hay a quien no le gustan los finales felices, por eso votan no a algo maravilloso, no se les pueden tomar a mal; no lo entienden, pero el final del viejo guerrero sigue siendo el mismo; feliz
besos
besos
Hola Mayte,
Real como la vida misma.
Gracias al esfuerzo de ellos y a lo que nos inculcaron hemos llegado nosotros donde estamos.
Besos
Real como la vida misma.
Gracias al esfuerzo de ellos y a lo que nos inculcaron hemos llegado nosotros donde estamos.
Besos