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Queridos amigos de Minas Diógenes; hacía unos días que no escribía nada (aunque a diario entro en el foro), pero me alegra saber que la inspiración poética sigue por un sendero extraordinario. Veo que la inspiración de Minas Diógenes es cálida, dulce e infinita. Me encanta el duelo lírico entre los hermanos Morón. Son extraordinarios por su ternura y su ironía. También me han gustado mucho los poemas de las Lolis. Ah, y el amigo Rafuki ha evocado un relato magnífico que me ha emocionado verdaderamente por la intensidad de las emociones vividas en su infancia. El relato es tan hermoso que parece una parábola bíblica.! Qué buenos sentimientos y cuánto amor verdadero hay entre las gentes de Minas Diógenes! Sois un ejemplo a seguir y yo me alimento de vuestra bondad y de vuestra melancolía extraordinaria. Es bueno seguir instalado en los buenos recuerdos, en la verdadera luz de la memoria, y no en su penumbra, para seguir viviendo alimentándonos con la savia feliz de la melancolía. El detalle de la madre de Rafuki con el niño de ocho o diez años me parece, sinceramente, impresionante y de un valor moral conmovedor, altísimo. Gracias por sacar lo mejor de vuestras almas. Me hacéis muy feliz con vuestros recuerdos. Un fuerte abrazo para todos/as. Os quiere vuestro amigo, Alejandro.