MINA DIOGENES: Apolonio, el campo de fútbol continúa en el mismo lugar...

Historia real de un domingo que fuimos a Solana a jugar al fútbol: el partido a las 5 de la tarde con tooooo el calor.
En el camino ya el entrenador (el Zampaizo) da la alineación y queda así: Angel Ramos de portero, Eduardo, Alfredo, Pepito, Fernando en defensa, Felix, Monchi y Regino en el centro del campo y en la delantera Gabi, Apolonio y Santos Gil…Juanini era el único reserva, no por ser el peor sino por ser el más pequeño.
Bajando de las curvas hacia Solana ya empezamos a animar el cotarro, ¡Dióooogenes y nadie más! ¡a la bin, a la ban a la bin bon ban…… (silencio que estamos ya en Solana decía Gregorín).
El campo de fútbol estaba y creo que está, pegado a unos pocos metros del cementerio, cosa que no agradaba, pues la norma que existía es que el que echaba el balón iba a por él. Empieza el partido y algunos nos santiguamos no por ganar, sino por que no cayera la pelota al camposanto al tirar a puerta. Minuto 15, centra Gabi y de un buen zurdazo Apolonio remata, el balón pasa rozando el larguero, pero con tal puntería que sobrepasó la tapia del lugar ya citado…... a por ellll.... Polo, me grita Santos…y ten cuidado con las tumbas. Para qué me diría eso (yo me hice el valiente) aunque iba algo preocupadillo, pero entré al lugar con cierta cosa y algo nerviosillo…como con prisas. De pronto veo el preciado balón, sin saber por donde tirar, y al salir corriendo con él para llevarlo al campo, siento que me dicen... (co voz tenebrosa) chaval, chaval, chaval,. eh, eh, tu,…has visto el balón,…os imagináis como pude salir de allí (ni Gento por la banda), como pude miré hacia atrás y vi que era un espectador de Solana que había entrado para encontrarlo también y empezar el partido lo más pronto posible... joder que prisas.
Al volver no dije ni pío y si os aseguro que durante ese tiempo tiré poco a puerta, hasta la 2ª parte que cambiamos de portería…al final creo ganamos por 4-2. ¡ah! se me había olvidao decir que hubo otros más que tiraron bien bajito por cierto. ja, ja, ja,
Fue veridico y real como la vida misma. Al final en el bar de los Tres Hermanos pudijmos matar el sustillo con unas cervecillas.
Buenas noches paisanos/as y recuerdos cariñosos a los jugadores de aquella época.

Apolonio, el campo de fútbol continúa en el mismo lugar e igual de pegadito a las tapias. Muy buenos relatos.
Es que el miedo que nos metían "pa el cuerpo" con las historias de los muertos que se aparecían, no tienen que envidiar a las películas actuales con temas del más allá.