Buenos días, diogeneros y diogeneras, antes de nada quiero expresar mi más sentido pésame a la familia Lara por el fallecimiento de Felisa. Aunque no la conocí personalmente, les doy a sus familiares mi apoyo anímico para que superen tan difícil trance en estos momentos de dolor. Los seres queridos que se nos van para siempre dejan una herida de luz en el corazón y la luz de esa herida poco a poco va cicatrizando nuestro desamparo, el hueco profundo que ellos nos dejan al marchar.
Por otra parte, agradezco a mi amiga Jovita que haya extraído las primeras líneas de mi libro "El óxido del cielo" para recordar que la distancia y la lejanía temporal modifica nuestros recuerdos y, muchas veces, sin darnos cuenta, reinventamos nuestra vida pasada a través de la memoria. Es bueno, de todas maneras, colorear los buenos recuerdos del pasado y tachar los negativos, por eso nuestra memoria suele ser siempre selectiva. A veces, ocurre que vemos una imagen del pasado y nos sentimos conmovidos, aunque en principio esa imagen nada tenga que ver con nuestra realidad. A mí, por ejemplo, me ha emocionado muchísimo ver esta mañana una foto antigua de Felisa Lara, en paz descanse, subida con su hermano en un caballito de cartón. Sinceramente, se me han saltado las lágrimas y he sentido como si la conociera de toda la vida. Por eso me adhiero al dolor de sus familiares y les digo que los seres queridos se nos van pero, en cambio, nos dejan momentos muy dulces grabados en las entrañas para que sigamos sintiéndolos vivos a nuestro lado. Ellos siempre estarán vivos mientras los recordemos y nunca se irán de nuestro entorno familiar. Ánimo para todos los familiares y amigos de Felisa Lara. Recibid un fuerte y cálido abrazo de vuestro amigo, Alejandro López Andrada.
Por otra parte, agradezco a mi amiga Jovita que haya extraído las primeras líneas de mi libro "El óxido del cielo" para recordar que la distancia y la lejanía temporal modifica nuestros recuerdos y, muchas veces, sin darnos cuenta, reinventamos nuestra vida pasada a través de la memoria. Es bueno, de todas maneras, colorear los buenos recuerdos del pasado y tachar los negativos, por eso nuestra memoria suele ser siempre selectiva. A veces, ocurre que vemos una imagen del pasado y nos sentimos conmovidos, aunque en principio esa imagen nada tenga que ver con nuestra realidad. A mí, por ejemplo, me ha emocionado muchísimo ver esta mañana una foto antigua de Felisa Lara, en paz descanse, subida con su hermano en un caballito de cartón. Sinceramente, se me han saltado las lágrimas y he sentido como si la conociera de toda la vida. Por eso me adhiero al dolor de sus familiares y les digo que los seres queridos se nos van pero, en cambio, nos dejan momentos muy dulces grabados en las entrañas para que sigamos sintiéndolos vivos a nuestro lado. Ellos siempre estarán vivos mientras los recordemos y nunca se irán de nuestro entorno familiar. Ánimo para todos los familiares y amigos de Felisa Lara. Recibid un fuerte y cálido abrazo de vuestro amigo, Alejandro López Andrada.