Buenos días, diogeneros y diogeneras, antes de nada quiero felicitar a todos los Pedros y Petras de este foro; especialmente al amigo Periquines, el "Gastrónomo", que seguramente hoy se jalará, para celebrar el día de su onomástica, un almuerzo espléndido. Felicidades, Perico, y a disfrutar con tus suculencias gastronómicas. En cuanto a ti, amigo Apolonio, muchísimas gracias por la extraordinaria foto que has enviado al foro. La verdad es que me has hecho recordar las fiestas infantiles que organizábamos, durante la década de los 60, en mi pueblo. He recordado las gaseosas "caseras" de colores (naranja, cola y limón) que nos merendábamos en un santiamén y las bolsas de patatas fritas; eran fiestas humildes de cumpleaños, normalmente, pero! cuánto amor y cuánto compañerismo se respiraba entre los amigos!
En cuanto a lo del relato referido por Apolonio (el de Julianín y la mula agonizando que aparece en mi libro "El óxido del cielo") ocurrió tal como lo explico y lo describo en el libro. Julianín vive ahora en Barcelona, pero cuando estuvo en el pueblo hace un mes se acercó a casa y, mientras leí ese fragmento del capítulo, vi cómo se emocionaba nuevamente al recordar la escena. Así éramos los niños de antes, muy rudos y traviesos, pero, al mismo tiempo, también muy sensibles con la Naturaleza que nos rodeaba. En fin, estoy sentimental este espléndido Día de San Pedro, santo de mi madre. Así que felicidades, abrazucos, BEZOS, y muackas para todos y todas. Os quiere vuestro buen amigo, Alejandro López Andrada.
En cuanto a lo del relato referido por Apolonio (el de Julianín y la mula agonizando que aparece en mi libro "El óxido del cielo") ocurrió tal como lo explico y lo describo en el libro. Julianín vive ahora en Barcelona, pero cuando estuvo en el pueblo hace un mes se acercó a casa y, mientras leí ese fragmento del capítulo, vi cómo se emocionaba nuevamente al recordar la escena. Así éramos los niños de antes, muy rudos y traviesos, pero, al mismo tiempo, también muy sensibles con la Naturaleza que nos rodeaba. En fin, estoy sentimental este espléndido Día de San Pedro, santo de mi madre. Así que felicidades, abrazucos, BEZOS, y muackas para todos y todas. Os quiere vuestro buen amigo, Alejandro López Andrada.