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MINA DIOGENES: Hola paisanos, soy angelita de (brin y Cristóbal,)...

Hola paisanos, soy angelita de (brin y Cristóbal,) tengo muchos escritos de nuestro pueblo envío este que es el que mas me gusta, lo escribí el día 5 de octubre de 1991 espero que os guste, lo titulo RECUERDOS. Hoy los recuerdos son tan lejanos pero tan bellos, aquella casita en el pueblo con su jardín delantero, un hermoso corral que guardaba un manso perro, en la gallera algún pollo y conejos, en un rincón leña y carbón negro para alimentar la lumbre y la estufa del crudo invierno. El padre joven delgado tieso como un junco fresco de profesión minero. La madre una flor tierna en exceso demasiado joven para tanto peso la, la abuela siempre vestida de negro con su garrotita ¡que nadie le toque a sus nietos ¡que para eso está ella para defenderlos pobre abuela … llena de dolores por fuera y por dentro. Mis dos hermanitos el mayor la pequeña y yo la del medio. que hermosa era mi infancia en mi pequeño pueblo, la alegría abu nda y de la abundancia no hablemos yo no veía miserias ni penas ni desconsuelo ¿seria que era pequeña y no sabia verlo ¿La matanza todos los años era costumbre en el pueblo, los pasillos de mi casa daba gloria verlos los jamones, chorizos, morcillas, patateros, y demás elementos colgaban de las vigas de sus hermosos techos. La casa hermosa y blanca tanto por fuera como por dentro. En la cocina el murmullo de algo que se esta cociendo, que olorcillo tan hermoso que todavía creo olerlo. Mi madre sentada en su silla baja canturrea cosiendo y eso que no es poca carga la que tiene, estar manteniendo, una madre enferma, un marido, tres niños y lo que viniera luego, pero sus 21 años no le dejaba verlo, que no vean amargura que no sufran ellos. Que bonita era mi infancia en esos largos inviernos con sus calles nevadas un frio que pelaba fuera pero no dentro. Las primaveras eran hermosas en mi pueblo con sus encinas en flor con su olor a menta jara y romero se cuajaban de flores hasta los regueros. Los veranos calorosos, las espigas reventonas se mecían con el viento. Las siestas rigurosas en mi pueblo. las sombritas de sus encinas don de se ataba el cerdo para engordar de bellotas que van cayendo, que hermosa fue mi infancia que bonitos mis recuerdos.