Farnés si los que no descansan son los vecinos, ella no para de dar gritos, ¡ay que me duele, ay que me duele!, y a los pobres vecinos no los deja dormir. Están deseando que se vaya ya del
pueblo para descansar un poco.
Ella se tira toda la
noche gritando eso y buscando lunares por toda la
casa. A su marido lo tiene frito, porque le hace darse vueltas en la cama todo el tiempo para ver si le encuentra alguno.