La publicidad hace milagros, El caso de la Comandante Zaida, ha permanecido oculto 4 años hasta que se ha conocido en todos los medios. A mí me recuerda mi propio caso, de los años 82, solo se solucionó a partir de ser publicado por el País, y valla si se solucionó, después de 22 meses, me incorporé de titilar en mi puesto de trabajo, cuando ya tenía la Empresa decidido indemnizar, y le consto el puesto al director y administrador.
Estos son mis motivos de no creer en los Reyes Magos, solo creo en la lucha pacifica, en la denuncia con razón. Si en Almadenejos tenemos lo que teníamos que tener, y fuéramos capaces de luchar todos juntos, otro Gallo cantaría, tendríamos, el Termino, Los caminos, y trabajo, no vendrían de fuera a quitárnoslo.

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viernes, 24 de diciembre de 1982
SANIDAD
El cese del doctor Conti no concluye la investigación sobre falsas suplencias en ambulancias
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La Secretaría Técnica del Ministerio de Sanidad y Consumo ha pedido en cinco ocasiones al Insalud, en este año, un informe sobre el caso Bresó. El Insalud no ha contestado. Serafín Bresó Rodríguez es un conductor deL Servicio Especial de Urgencias de la Seguridad Social, que dirigía el cesado doctor Conti, en situación de despido tras un accidente laboral, que se considera "víctima de una mafia". Según Bresó, su caso les una irregularidad más en los contratos de trabajo y las falsas suplencias en los ambulatorios", cuya existencia reconocieron las autoridades sanitarias del anterior Gobierno a principios de mes, sin que se haya informado posteriormente del resultado de la investigación.
Serafín Bresó tiene 40 años, es padre de familia numerosa, trabajaba en, el ambulatorio de Móstoles (Madrid) en el Servicio Especial de Urgencias de la Seguridad Social como conductor eventual y tenía regulada su relación laboral mediante contratos de seis meses desde 1976, si bien el último, en 1978, se mantenía vigente sin renovación hasta la fecha de su despido, hace ahora un año y un mes. Bresó sufrió un accidente laboral el 19 de abril de 1980. Esguince de tobillo. Tuvo una recaída el 7 de noviembre de 1981. "Debían esperar algo así para despedirme, pues ya me debían haber hecho fijo de plantilla. Me pusieron tantas trabas para darme la baja que no sé cuántos despachos y servicios médicos tuve que recorrer. De todas formas, el administrador, Ricardo Bravo Elvira, me dijo que, hiciera lo que hiciera, me iba a echar. Cansado del laberinto que me hicieron recorrer, seguí el consejo de un inspector de Sanidad y presenté una denuncia el día 14 en el juzgado de guardia. Al día siguiente me notificaron el despido".
Bresó presentó denuncia en Magistratura por despido improdecente y obtuvo sentencia en contra. "He recurrido al central y espero que se falle a mi favor porque hace poco que ha visto un caso similar de un compañero y ha dictado en su favor, pero igual se tarda dos años o más".
Bresó amplió la denuncia en el juzgado número 14, de los de Madrid, al que le correspondió la instrucción de diligencias. Presentó escritos en diversos registros sanitarios, escribió al Rey, al presidente del Gobierno, a los líderes socialistas. Recurrió a un subdirector general por la vía de la amistad. Y quienes se han interesado, privada u oficialmente, por el caso Bresó han podido comprobar que algunos de los documentos principales de esta historia, con sello de registro de entrada en departamentos oficiales, han desaparecido.
El colofón es el siguiente: por un lado, la inspección del Insalud ha seguido los, pasos al expediente y, hace unos días, en el último despacho al que ha llegado, han informado a Serarin Bresó que "tardará dos o tres meses en resolverse"; por otro lado, la Secretaría Técnica del Ministerio de Sanidad y Consumo, con fecha del pasado mes de junio, remitió a la Dirección General del Insalud, por quinta vez en este año, la petición de un informe sobre este asunto, sin que hasta la fecha haya obtenido respuesta.
"Parece que no hay salida", dice Bresó, pero sigue "empeñado" en que "mi caso se resuelva con justicia porque no es un caso aislado, sino que afecta a otros compañeros, tratados como esclavos, porque se abusa de nuestra condición de eventuales". Y añade: "Un día, al aparcar el coche del servicio, se cortó un neumático con un casco de botella. Al entregar el parte, el jefe inmediato me dijo que él sabía de esas cosas y que la rotura no fue con un casco de botella sino con el bordillo, al dar yo un volantazo.
Le dije que había sido con un casco de botella y me dijo que a ver si iba a saber yo más que él. Y le dije que sí, que tenía él razón, que había sido con el bordillo. Pero esto de la lesión, que cada vez me va a más, y del despido ya es demasiado".
Según Bresó, "los abusos con este tipo de contrataciones y despidos benefician a unos pocos, que reparten favores y se rodean de estómagos agradecidos, y forman una red mafiosa en los ambulatorios".
Falsificación de documentos
Estas palabras de Bresó ponen el dedo en la llaga de una información publicada el pasado día 1 de diciembre sobre diversas irregularidades en la contratación y suplencias de personal en algunos ambulatorios madrileños. Los servicios de inspección del Insalud investigan todavía este asunto, que podría ser práctica extendida en otros puntos geográficos y cuyos alcances, por el momento, no se han evaluado en cuanto al montante del fraude económico efectuado, el número e identidad de los implicados y la red que ha hecho posible esta actuación. Fuentes solventes han asegurado a este periódico, en las últimas horas, que "se ha avanzado bastante en la investigación, de la cual ya tiene en su poder un buen paquete el nuevo director general del Insalud, Francesc Raventós". Recientemente, el ministro de Sanidad y Consumo, Ernest Lluch, en unas de sus primeras declaraciones ha hecho mención al problema de los casos de suplencias médicas por personal no titulado.
En su día -30 de noviembre pasado-, las autoridades sanitarias del Insalud reconocieron que, en el caso de las suplencias médicas, se habían producido presuntas falsificaciones de documentos y que se presumía la responsabilidad de "varias personas". No informaron, sin embargo, de que el mismo día había sido cesado el director del Servicio Especial de Urgencias, doctor Conti, ni la relación que tal cese podría tener con la investigación en curso.
El cese del doctor Conti se ha hecho público, por una filtración periodística, hace unos días. Aunque la explicación oficial actual se refiere a "razones de homogeneización del equipo", según ha declarado al diario Ya el director provincial del Insalud, otras fuentes señalan que el cese está en relación con las numerosas quejas sobre organización y presuntas irregularidades en el funcionamiento del servicio en cuanto a aspecto funcionales y adquisición de material.
La citada destitución se interpretó, en cambio, en algunos sectores sanitarios, como la "presentación de una cabeza de turco", por cuanto se nombró como sustituto provisional a Gonzalo Guisande, militar, inspector adjunto del Insalud y jefe de servicio en el ministerio, razón por la que los servicios de inspección lo consideran como infractor de la normativa sobre incompatibilidades. Como nuevo director de este servicio ha sido nombrado recientemente el doctor Francisco Martínez.
En la actualidad, en España, el sistema de ambulancias de urgencias se presenta como arcaico, comparado con otros países occidentales, por su pobre dotación en medios técnicos y personal. Para modificarlo existen dos tendencias: una que aboga por dotar las ambulancias de un personal muy cualificado (médico y enfermera), y otra que defiende la tesis de emplear personal especializado, pero no necesariamente médico.
La primera de estas posibilidades supone un mayor coste económico. Ambas pueden constituir fuentes de puestos de trabajo tanto para personal médico como no médico. En cualquier caso, se presentaron como instrumentos imprescindibles. ... (ver texto completo)
Estos son mis motivos de no creer en los Reyes Magos, solo creo en la lucha pacifica, en la denuncia con razón. Si en Almadenejos tenemos lo que teníamos que tener, y fuéramos capaces de luchar todos juntos, otro Gallo cantaría, tendríamos, el Termino, Los caminos, y trabajo, no vendrían de fuera a quitárnoslo.

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La Secretaría Técnica del Ministerio de Sanidad y Consumo ha pedido en cinco ocasiones al Insalud, en este año, un informe sobre el caso Bresó. El Insalud no ha contestado. Serafín Bresó Rodríguez es un conductor deL Servicio Especial de Urgencias de la Seguridad Social, que dirigía el cesado doctor Conti, en situación de despido tras un accidente laboral, que se considera "víctima de una mafia". Según Bresó, su caso les una irregularidad más en los contratos de trabajo y las falsas suplencias en los ambulatorios", cuya existencia reconocieron las autoridades sanitarias del anterior Gobierno a principios de mes, sin que se haya informado posteriormente del resultado de la investigación.
Serafín Bresó tiene 40 años, es padre de familia numerosa, trabajaba en, el ambulatorio de Móstoles (Madrid) en el Servicio Especial de Urgencias de la Seguridad Social como conductor eventual y tenía regulada su relación laboral mediante contratos de seis meses desde 1976, si bien el último, en 1978, se mantenía vigente sin renovación hasta la fecha de su despido, hace ahora un año y un mes. Bresó sufrió un accidente laboral el 19 de abril de 1980. Esguince de tobillo. Tuvo una recaída el 7 de noviembre de 1981. "Debían esperar algo así para despedirme, pues ya me debían haber hecho fijo de plantilla. Me pusieron tantas trabas para darme la baja que no sé cuántos despachos y servicios médicos tuve que recorrer. De todas formas, el administrador, Ricardo Bravo Elvira, me dijo que, hiciera lo que hiciera, me iba a echar. Cansado del laberinto que me hicieron recorrer, seguí el consejo de un inspector de Sanidad y presenté una denuncia el día 14 en el juzgado de guardia. Al día siguiente me notificaron el despido".
Bresó presentó denuncia en Magistratura por despido improdecente y obtuvo sentencia en contra. "He recurrido al central y espero que se falle a mi favor porque hace poco que ha visto un caso similar de un compañero y ha dictado en su favor, pero igual se tarda dos años o más".
Bresó amplió la denuncia en el juzgado número 14, de los de Madrid, al que le correspondió la instrucción de diligencias. Presentó escritos en diversos registros sanitarios, escribió al Rey, al presidente del Gobierno, a los líderes socialistas. Recurrió a un subdirector general por la vía de la amistad. Y quienes se han interesado, privada u oficialmente, por el caso Bresó han podido comprobar que algunos de los documentos principales de esta historia, con sello de registro de entrada en departamentos oficiales, han desaparecido.
El colofón es el siguiente: por un lado, la inspección del Insalud ha seguido los, pasos al expediente y, hace unos días, en el último despacho al que ha llegado, han informado a Serarin Bresó que "tardará dos o tres meses en resolverse"; por otro lado, la Secretaría Técnica del Ministerio de Sanidad y Consumo, con fecha del pasado mes de junio, remitió a la Dirección General del Insalud, por quinta vez en este año, la petición de un informe sobre este asunto, sin que hasta la fecha haya obtenido respuesta.
"Parece que no hay salida", dice Bresó, pero sigue "empeñado" en que "mi caso se resuelva con justicia porque no es un caso aislado, sino que afecta a otros compañeros, tratados como esclavos, porque se abusa de nuestra condición de eventuales". Y añade: "Un día, al aparcar el coche del servicio, se cortó un neumático con un casco de botella. Al entregar el parte, el jefe inmediato me dijo que él sabía de esas cosas y que la rotura no fue con un casco de botella sino con el bordillo, al dar yo un volantazo.
Le dije que había sido con un casco de botella y me dijo que a ver si iba a saber yo más que él. Y le dije que sí, que tenía él razón, que había sido con el bordillo. Pero esto de la lesión, que cada vez me va a más, y del despido ya es demasiado".
Según Bresó, "los abusos con este tipo de contrataciones y despidos benefician a unos pocos, que reparten favores y se rodean de estómagos agradecidos, y forman una red mafiosa en los ambulatorios".
Falsificación de documentos
Estas palabras de Bresó ponen el dedo en la llaga de una información publicada el pasado día 1 de diciembre sobre diversas irregularidades en la contratación y suplencias de personal en algunos ambulatorios madrileños. Los servicios de inspección del Insalud investigan todavía este asunto, que podría ser práctica extendida en otros puntos geográficos y cuyos alcances, por el momento, no se han evaluado en cuanto al montante del fraude económico efectuado, el número e identidad de los implicados y la red que ha hecho posible esta actuación. Fuentes solventes han asegurado a este periódico, en las últimas horas, que "se ha avanzado bastante en la investigación, de la cual ya tiene en su poder un buen paquete el nuevo director general del Insalud, Francesc Raventós". Recientemente, el ministro de Sanidad y Consumo, Ernest Lluch, en unas de sus primeras declaraciones ha hecho mención al problema de los casos de suplencias médicas por personal no titulado.
En su día -30 de noviembre pasado-, las autoridades sanitarias del Insalud reconocieron que, en el caso de las suplencias médicas, se habían producido presuntas falsificaciones de documentos y que se presumía la responsabilidad de "varias personas". No informaron, sin embargo, de que el mismo día había sido cesado el director del Servicio Especial de Urgencias, doctor Conti, ni la relación que tal cese podría tener con la investigación en curso.
El cese del doctor Conti se ha hecho público, por una filtración periodística, hace unos días. Aunque la explicación oficial actual se refiere a "razones de homogeneización del equipo", según ha declarado al diario Ya el director provincial del Insalud, otras fuentes señalan que el cese está en relación con las numerosas quejas sobre organización y presuntas irregularidades en el funcionamiento del servicio en cuanto a aspecto funcionales y adquisición de material.
La citada destitución se interpretó, en cambio, en algunos sectores sanitarios, como la "presentación de una cabeza de turco", por cuanto se nombró como sustituto provisional a Gonzalo Guisande, militar, inspector adjunto del Insalud y jefe de servicio en el ministerio, razón por la que los servicios de inspección lo consideran como infractor de la normativa sobre incompatibilidades. Como nuevo director de este servicio ha sido nombrado recientemente el doctor Francisco Martínez.
En la actualidad, en España, el sistema de ambulancias de urgencias se presenta como arcaico, comparado con otros países occidentales, por su pobre dotación en medios técnicos y personal. Para modificarlo existen dos tendencias: una que aboga por dotar las ambulancias de un personal muy cualificado (médico y enfermera), y otra que defiende la tesis de emplear personal especializado, pero no necesariamente médico.
La primera de estas posibilidades supone un mayor coste económico. Ambas pueden constituir fuentes de puestos de trabajo tanto para personal médico como no médico. En cualquier caso, se presentaron como instrumentos imprescindibles. ... (ver texto completo)