A una persona especial…
Muy buenas,
Sé que me escuchas allá donde estés, esto es para ti, es todo lo que te puedo contar….
Aún estoy sobrecogido con tu partida, no tenía ni idea de lo malito que estabas y no te imaginas lo mucho que siento que te hayas tenido que ir tan pronto.
Cada vez que muere alguien, todos coincidimos en resaltar todas las virtudes del que se ha ido y siempre se dice aquello de… “que buena gente era” Parece un tópico pero no lo es. Contigo no puede serlo. Sencillamente lo has sido siempre.
Siento rabia, impotencia, y mucha tristeza. No puedo creer que ya no estés con nosotros. Me quedé dormido con tu imagen en mi mente y me he despertado igual. No he podido evitarlo y he terminado llorando. Te recuerdo sonriendo siempre, la más bonita y con la que te recordaré siempre, es la del día que me dijiste que habías aprobado las oposiciones y que ya eras Policía Nacional y… con plaza en Madrid….
Nos veíamos poco, lo mismo dos o tres veces al año, pero siempre me has saludado con un cariño increíble.
Por eso y por mucho más, necesito decirte que, no podrás irte del todo ya que, somos muchos los que mantendremos vivo tu recuerdo.
Hasta siempre, Rufo.
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