ADIOS
Es incómodo decir adiós
pero el adiós se dice sólo
sin nuestra intervención.
En Londres una tarde opaca,
asoma su sucia cabeza esta pregunta:
¿No es cierto que ya todo pasó?
No hay duelo ni muchísimo menos celebración.
Es sólo el adiós.
La fastidiosa gota de agua
que horada el pensamiento
hasta llegar al nervio,
exasperado y en tensión.
Los oídos que ya sólo escuchan
la sordera de un repetido tambor.
Hay que decir adiós
y no esconderse más
en el disimulo gentil
y la falaz postergación.
Adiós. ... (ver texto completo)
Es incómodo decir adiós
pero el adiós se dice sólo
sin nuestra intervención.
En Londres una tarde opaca,
asoma su sucia cabeza esta pregunta:
¿No es cierto que ya todo pasó?
No hay duelo ni muchísimo menos celebración.
Es sólo el adiós.
La fastidiosa gota de agua
que horada el pensamiento
hasta llegar al nervio,
exasperado y en tensión.
Los oídos que ya sólo escuchan
la sordera de un repetido tambor.
Hay que decir adiós
y no esconderse más
en el disimulo gentil
y la falaz postergación.
Adiós. ... (ver texto completo)