Liadas las manos
jugando a la ronda,
jardín de colores
con caras redondas.
El sol, en el cielo
danzando las sombras.
El patio cubierto
por cantos de alondras.
María Cristina, de mejillas rojas,
inocencia de niñas
las manos alojan.
Sentada, silente
Elena Victoria.
Sencillo el otoño,
brillante de hojas.
Quedad siempre niñas
y que nadie se oponga
jugando a la ronda,
jardín de colores
con caras redondas.
El sol, en el cielo
danzando las sombras.
El patio cubierto
por cantos de alondras.
María Cristina, de mejillas rojas,
inocencia de niñas
las manos alojan.
Sentada, silente
Elena Victoria.
Sencillo el otoño,
brillante de hojas.
Quedad siempre niñas
y que nadie se oponga