ENTRE BRUMAS...
Entre brumas, nubes, y silencio de unos besos llegaste. Apareciste por uno de los recodos de mis mil caminos.
Tu sabía que bebía agua de otras fuente, y sin embargo...
Llegaste y yo te llamaba niña, desde las mas sanas intenciones. tu te llamabas mujer y yo me burlaba... pero algunas veces me sentía confundido.
Tu "sabías" y o no querías darte cuenta o algo te arrastarbe a atrevimientos que me turbaban... porque me diera cuenta que tu ojos a veces se vestían de tristeza... cuando y te hacía recordar no tenías la puerta franca. yo sabía cuando tus ojos miraban suplicantes o empañados de dolor, y procuraba solo ser tu amigo.
Corrías tras de mi, aquel día entre los chopos. Tu hermana y su novio (mi amigo), se habían acomodado en la orilla de el río, para hablarse de amor. Un grito hizo que me detuviera: habías caído entre los matorrales y sangrabas por la rodilla que sangraba; curé tu herida, con una delicadeza que me hizo sonreís y sentirme contento. Y, luego azorado, después de anudar mi pañuelo te miraría a los ojos, después de una mirada a tus hermosas piernas de mujer. Allí había estado mi mano:! la mano que ahora me temblaba, había acariciado, de forma diferente que el deseo que ahora nacía en las tinieblas! estaba en cuclillas frente a tí, y tus jos se me antojaron de suplicante tristeza, Pronunciaban lo que no se atrevían tis labios. Me puse en pie. Tomaría mi mano, como lo hacias otras veces, y nos acercamos hasta donde estaban los otros.
Los cuatro tomamos el tren de regreso a Madrid. Permanecías en silencio. El tren lento y ruidoso. se había detenido en una estación. Roperías elk silenci para decir:
- ¿Sabes (X) que pronto cumpliré 18 años? Hubiese querido responder, que importaba eso en ese momento; callé. callé pero sus rodillas en las mías me producían calor. No despedimos, con la promesa de que nos reuniríamos al domingo siguiente.
Lllegó ese día, y elegiríamos, un baile, que decía CASA DE... una de las provincias de la entonces llamada Castilla la Nueva. Era la segunda vez en mi vida que me turbaría de placer un cuerpo de mujer al son de la música pegajosa y lenta... era la segunda vez y de la primera, tenia muy recientes y hermosos recuerdos que no quería traicionar... Un cuerpo pegado al mío, unos ojos acariciantes, una voz dulce de mujer, unos brazos, que deseaba me apretaran mucho mas...
-Eres muy joven. Me une amistad a tu familia. No quisiera hacerte daño...
Soltaste una de tus manos y tapaste mi boca.
-! Soy mujer, y como tal siento! En tono firme. Soy mujer, y solo me importa este momento, porque aunque triste me hace sentir feliz... Y te rogaría no piensas ni me pidas nada, yo solo te ruego este momento...
Y como si el destino se burlara..."ANSIEDAD, DETENERTE EN MIS BRAZOS... musitando palabras de amor" -Fue tu voz un susurro una caricia.
Y me dirías en ese momento:
- ¿Sabes (X) que no me importa lo que suceda mañana? a ti te he oído algunas veces decir: "Vivamos el presente" Hoy me siento feliz... y no te burles, No me digas nada. Ya se que mañana te marchas. Pero: ¿Sabes, (X) Te quiero? Te quiero si desde hace tiempo... me convencí de que asi era cuando te viera agachado sobre mi herida, cuando tis dedos me daban calor... sentí deseos que me besaras.
Brumas. Nubes que se abrazaban en no se que tinieblas, unos labios que se unían. Unos ojos que se cerraban... y la orqueste los últimos compases de: "MUSITANDO MALABRAS DE AMOR"
Había cesado la música, y permanecíamos abrazados en un mudo nuestro.
En la despedida bese tus lágrimas.
No te escribí, mujer; mi niña amiga. Te escribí, amante desde escasos momentos y desde el alma. pero rompería las cartas. Te escribía, y rompería en mil pedazos aquel amor... Con alguna lágrima viera como el viento arrastraba por las arenas pedazos de mi vida. No se puede luchar contra el destino, me diría, besando aquellos pedazos de papel, que te decían mil cosas.
Entre brumas, nubes, y silencio de unos besos llegaste. Apareciste por uno de los recodos de mis mil caminos.
Tu sabía que bebía agua de otras fuente, y sin embargo...
Llegaste y yo te llamaba niña, desde las mas sanas intenciones. tu te llamabas mujer y yo me burlaba... pero algunas veces me sentía confundido.
Tu "sabías" y o no querías darte cuenta o algo te arrastarbe a atrevimientos que me turbaban... porque me diera cuenta que tu ojos a veces se vestían de tristeza... cuando y te hacía recordar no tenías la puerta franca. yo sabía cuando tus ojos miraban suplicantes o empañados de dolor, y procuraba solo ser tu amigo.
Corrías tras de mi, aquel día entre los chopos. Tu hermana y su novio (mi amigo), se habían acomodado en la orilla de el río, para hablarse de amor. Un grito hizo que me detuviera: habías caído entre los matorrales y sangrabas por la rodilla que sangraba; curé tu herida, con una delicadeza que me hizo sonreís y sentirme contento. Y, luego azorado, después de anudar mi pañuelo te miraría a los ojos, después de una mirada a tus hermosas piernas de mujer. Allí había estado mi mano:! la mano que ahora me temblaba, había acariciado, de forma diferente que el deseo que ahora nacía en las tinieblas! estaba en cuclillas frente a tí, y tus jos se me antojaron de suplicante tristeza, Pronunciaban lo que no se atrevían tis labios. Me puse en pie. Tomaría mi mano, como lo hacias otras veces, y nos acercamos hasta donde estaban los otros.
Los cuatro tomamos el tren de regreso a Madrid. Permanecías en silencio. El tren lento y ruidoso. se había detenido en una estación. Roperías elk silenci para decir:
- ¿Sabes (X) que pronto cumpliré 18 años? Hubiese querido responder, que importaba eso en ese momento; callé. callé pero sus rodillas en las mías me producían calor. No despedimos, con la promesa de que nos reuniríamos al domingo siguiente.
Lllegó ese día, y elegiríamos, un baile, que decía CASA DE... una de las provincias de la entonces llamada Castilla la Nueva. Era la segunda vez en mi vida que me turbaría de placer un cuerpo de mujer al son de la música pegajosa y lenta... era la segunda vez y de la primera, tenia muy recientes y hermosos recuerdos que no quería traicionar... Un cuerpo pegado al mío, unos ojos acariciantes, una voz dulce de mujer, unos brazos, que deseaba me apretaran mucho mas...
-Eres muy joven. Me une amistad a tu familia. No quisiera hacerte daño...
Soltaste una de tus manos y tapaste mi boca.
-! Soy mujer, y como tal siento! En tono firme. Soy mujer, y solo me importa este momento, porque aunque triste me hace sentir feliz... Y te rogaría no piensas ni me pidas nada, yo solo te ruego este momento...
Y como si el destino se burlara..."ANSIEDAD, DETENERTE EN MIS BRAZOS... musitando palabras de amor" -Fue tu voz un susurro una caricia.
Y me dirías en ese momento:
- ¿Sabes (X) que no me importa lo que suceda mañana? a ti te he oído algunas veces decir: "Vivamos el presente" Hoy me siento feliz... y no te burles, No me digas nada. Ya se que mañana te marchas. Pero: ¿Sabes, (X) Te quiero? Te quiero si desde hace tiempo... me convencí de que asi era cuando te viera agachado sobre mi herida, cuando tis dedos me daban calor... sentí deseos que me besaras.
Brumas. Nubes que se abrazaban en no se que tinieblas, unos labios que se unían. Unos ojos que se cerraban... y la orqueste los últimos compases de: "MUSITANDO MALABRAS DE AMOR"
Había cesado la música, y permanecíamos abrazados en un mudo nuestro.
En la despedida bese tus lágrimas.
No te escribí, mujer; mi niña amiga. Te escribí, amante desde escasos momentos y desde el alma. pero rompería las cartas. Te escribía, y rompería en mil pedazos aquel amor... Con alguna lágrima viera como el viento arrastraba por las arenas pedazos de mi vida. No se puede luchar contra el destino, me diría, besando aquellos pedazos de papel, que te decían mil cosas.
Hola Libertad una bonita historia y me encanto leerla, tu cada dia me sorprendes mas y disfruto leyendote
Un cariñoso saludo
Un cariñoso saludo